De un tiempo a esta parte, creo, me está pareciendo, que la gente cada vez con más frecuencia, intenta matar moscas a cañonazos, y lo que es peor, sin pararse a pensar las consecuencias que trae el cañonazo a la mosca y también al entorno más cercano e inmediato.
Cada vez es más frecuente o yo lo noto más, que la gente articula con gestos casi espasmódicos para referirse a las situaciones más comunes, o simplemente para creerse con la mínima razón de algo?pero claro, en este punto siempre hay dos versiones, la de uno y la del otro, las versiones se adaptan siempre a las personas que las cuentan. Lo malo es cuando se llega al punto en que a uno le tapan la boca, entonces nos queda otro recurso, el derecho a la pataleta, no gusta, eso no gusta...pero es lo que hay?
Del párrafo anterior podemos concluir que se están perdiendo los valores de ética y moral que nos diferencian de los animales. Que a veces algunas personas dejan de ser personas para convertirse en animales mentirosos y calumniadores que disfrutan intentando hacer daño?a cañonazos?
Menos mal que la vida se compone de una gran parte de personas excepcionales, leales, competentes y admirables, esas que cuando sonríen te abrazan con el alma y te recuerdan una vez más que la raza humana no está perdida y que la evolución de la especie comenzó y no terminó tan abruptamente, ni con tan incompetentes personajes.
Cuando escucho, cuando veo, cuando siento, cuando me cuentan, determinadas situaciones, yo sólo puedo pensar en la suerte que tengo en mi vida, esa vida que vivo sabiendo lo que hago y las consecuencias que tienen mis actos, donde algún día podrán taparme a mi la boca, pero que ese día (para desgracia de algunos), no es hoy?.