Si son los ojos de las mujeres las que miran la historia, ésta no se parece a la oficial. Cuando son los ojos de las mujeres los que estudian la antropología, las culturas tiene otro sentido y cambian radicalmente de color. Con los ojos de las mujeres repasando las cuentas, la economía pasaría de ser una ciencia exacta y se parecería mucho más a una política de intereses.
Si alguna vez las mujeres hubieran sido las auténticas protagonistas, este mundo, nuestro mundo, quizá fuese diferente.
Tendríamos que escuchar a las mujeres del mundo, y su visión de lo que pasa, sería bien distinta a la oficial.
Porque en la España del siglo XXI no escuchamos a la niña que ha quedado huérfana porque su padre, un día, tomó la decisión de que su madre no merecía vivir por desobediente.
Por toso esto, y para dejar de ser miopes, aparecieron las feministas, que intentaron que todas/os, vieran la injusticia y una vez descubierta ponerle nombre. Nuestra historia ha sido selectiva porque no todas/os han tenido la palabra y ciertamente no hay razones naturales que lo justifiques. Pero pensemos que esta invisibilidad de las mujeres, de sus logros y saberes, de la violencia que se ejerce contra ellas, no ocurre porque si, tenemos que explicar y analizar estas realidades e intentar cambiarlas.
La teoría feminista ha desarrollado cuatro conceptos clave: patriarcado, género, androcentrismo y sexismo, todas ellas están íntimamente relacionadas.
Una última pregunta, hoy en el Siglo XXI ¿hay mujeres en los puestos destacados de la universidades?, ¿en las listas de puestos directivos de los colegios profesionales?, ¿en la Academia de la Lengua?, ¿En los consejos de administración de las empresas?, ¿en las portadas de los periódicos?, ¿en las diez mejores novelas?.... ¿Dónde están las mujeres?