OPINIóN
Actualizado 20/02/2015
Luis Marcos del Pozo

 

" Yo solo sé que no sé nada". Se le atribuye a Sócrates, la tan nombrada y manida frase y a la vez tan poco interiorizada por un amplio espectro social. Cuenta la historia, que un día uno de los sabios griegos pregunto al oráculo de Delfos  si había alguien más sabio que Sócrates, este le contesto que no, al enterarse Sócrates intento buscar un sabio entre los sabios que lo superara, y solo encontró personas que creían saber mucho más de lo que realmente  sabían.

Sócrates era consciente de su ignorancia y de la de los demás, por ello intento hacer ver a sus congéneres el, poco conocimiento de la realidad que tenían, utilizando como técnica, el asumir una postura de ignorancia  ante determinadas preguntas y conversaciones, dejando en evidencia la incongruencia de  muchas de las respuestas y monólogos.

La sabiduría de Sócrates no solo consistía en la acumulación de conocimientos, sino en la revisión de estos, y partiendo de ellos crear otros de más calado, con más fuerza y base.

  Desde que tenemos contacto con la vida nos vamos o van formando nuestro intelecto recibiendo estímulos y generando respuestas para intentar conocer mejor el mundo que nos rodea.

Juegos didácticos, estimulaciónes infantiles, primeras formas de lenguaje escrito, educación inicial con relaciones intergrupales más allá de nuestra familia, educación primaria  que nos da unas herramientas esenciales para seguir creciendo y abrir paso a la educación secundaria donde nos empezamos a formar como "casi" adultos y caminamos hacia nuestra formación universitaria o nuestra carrera profesional.

Todos estos conocimientos son acumulables y complementarios que unidos a nuestra inteligencia personal hace que  podamos resolver razonablemente los obstáculos que se nos presentan en la vida cotidiana y nos permita  adquirir una experiencia, llegando al saber.

Evidentemente, han pasado muchos años y hemos olvidado la citada frase. Cada vez se acumulan más " listos " por metro cuadrado, mas especialistas en todo y hacedores de nada. Y  desde el poco conocimiento que me ha dado la vida y el mucho que espero conseguir me planteo  que lo importante que en nuestra vida es el saber, en los distintos aspectos de ella. Cuando desconocemos algún suceso, alguna situación, algo que sea de importancia, lo ignoramos; pero cuando pasamos de ese estado de ignorancia a un estado de conocimiento pleno de la situación, nos asombramos muchas veces de las cosas y lo enfocamos desde una perspectiva nueva, la del conocimiento, la que ofrece soluciones.

Hablamos de generación ni-ni, pero ¿nos hemos planteado alguna vez quien la creo, hemos hecho un acto de reflexión por si nuestro comportamiento y planteamiento de vida genera esas vicisitudes? Si muchos de nosotros, ahora padres y educadores, transmitimos nuestra sapiencia  absoluta, cuando la realidad es más bien vana e ignorante ¿qué esperamos de los que nos siguen? y ¿ qué hacemos para evitarlo, solucionarlo...?

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