Estos días es noticia. Los políticos hablan de él. Los sindicatos. La prensa. Lo que dicen llega a las conversaciones de los que no somos políticos, ni sindicalistas, ni periodistas, aunque del Hospital siempre se habla, por aquello de que ahora allí nacen todos los que nacen y allí mueren casi todos los que mueren. Todos tenemos a algún conocido ingresado o en lista de espera quirúrgica, atendido en consultas o en urgencias, trabajador del "Complejo Asistencial" formado por el Clínico, el Virgen de la Vega, Los Montalvos, el Virgen del Castañar y el Centro de Especialidades de Ciudad Rodrigo. La salud siempre es motivo de conversación. De Medicina gusta opinar y recrearse en la suerte.
Los que sabemos un poco de Medicina pero nada de política, de economía, de organización laboral o de gestión sanitaria, poco podemos aportar a este debate a tantas bandas y tan próximo a unas elecciones, aunque alguna información que he leído por encima me ha llamado la atención. Sin ir más lejos, el hecho de que se supriman plazas que estaban vacantes. ¿Por qué estaban vacantes? ¿A quién correspondía cubrirlas? ¿Por qué se contrata a compañeros por meses en lugar de dotarles de estabilidad laboral y velar por la continuidad en la asistencia a los pacientes?
En la ensalada dialéctica se han mezclado las obras, los atascos, las listas de espera, el pico de gripe que colapsa Urgencias, las carencias en la Facultad, el desapego de los MIR, el Ayuntamiento, la Junta, la oposición a los que gobiernan ambos, el factor Valladolid? Todo bien agitado. Todo junto. Ahora sería políticamente incorrecto sugerir que por fin se potencie la Atención Primaria en España y se baje del pedestal a los grandes hospitales. O que se revisen algunas prácticas habituales en estos centros. Pongo un ejemplo que tengo cercano en el tiempo: ¿por qué la valoración de la monitorización fetal en las gestantes a término que acuden al hospital de forma programada, citadas por el servicio de Obstetricia, supone un ingreso en el servicio de Urgencias?