OPINIóN
Actualizado 13/02/2015
Eugenio Sánchez Redondo

   Se cierra una puerta, se abre una puerta.

   Son momentos de angustia, el paro nos rodea, nos acecha a todas las familias, el cinturón se aprieta y ésta es la realidad.

   El banco de alimentos existe, el centro de emergencia social también, los centros de acogida o programas de acompañamientos nocturnos no son espejismos.

   Las organizaciones sin ánimo de lucro, cada una con nuestros propios medios estamos "sobremuriendo".

   En Aviva prestamos servicios a personas con discapacidad (mejor dicho a personas con capacidades diferentes),  y estamos en pleno periodo de llamada a puertas de amigos y empresas capaces de escuchar. Sí, precisamos apoyo económico, ¡es triste decirlo!.

   Se cierra una puerta, se abre una puerta.

   Por el camino vamos descubriendo a personas extraordinarias que tejen futuro y esperanza. Personas anónimas que simplemente te colman de paz. En estos encuentros nos gusta mirar a los ojos, hablar, escuchar y fluyen hermosas historias de vida...

   Hace unos días conocimos a otro ángel en la tierra, que consiguió sus alas blancas a base de sudor y trabajo, ¡es bonito dormir con la conciencia tranquila!.

   Desde Aviva decimos "gracias" a las personas voluntarias, mecenas y embajadores, que en silencio, dedican su tiempo a los demás.

   Aviva, te necesita.

   Dedicado a O, M, D, J, P, ...A, F... etcétera.

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