Se cierra una puerta, se abre una puerta.
Son momentos de angustia, el paro nos rodea, nos acecha a todas las familias, el cinturón se aprieta y ésta es la realidad.
El banco de alimentos existe, el centro de emergencia social también, los centros de acogida o programas de acompañamientos nocturnos no son espejismos.
Las organizaciones sin ánimo de lucro, cada una con nuestros propios medios estamos "sobremuriendo".
En Aviva prestamos servicios a personas con discapacidad (mejor dicho a personas con capacidades diferentes), y estamos en pleno periodo de llamada a puertas de amigos y empresas capaces de escuchar. Sí, precisamos apoyo económico, ¡es triste decirlo!.
Se cierra una puerta, se abre una puerta.
Por el camino vamos descubriendo a personas extraordinarias que tejen futuro y esperanza. Personas anónimas que simplemente te colman de paz. En estos encuentros nos gusta mirar a los ojos, hablar, escuchar y fluyen hermosas historias de vida...
Hace unos días conocimos a otro ángel en la tierra, que consiguió sus alas blancas a base de sudor y trabajo, ¡es bonito dormir con la conciencia tranquila!.
Desde Aviva decimos "gracias" a las personas voluntarias, mecenas y embajadores, que en silencio, dedican su tiempo a los demás.
Aviva, te necesita.
Dedicado a O, M, D, J, P, ...A, F... etcétera.