| ||||||||
"A las barricadas", gritaban hace tiempo los españoles cuando algo iba mal. Triste recuerdo que tampoco nos trajo nada bueno. No son buenos los extremismos pero a la desidia social que estamos asistiendo hoy tampoco. Si la sociedad no se revela acabaremos agachados como los mahometanos pero en el mal sentido de la postura. Las instituciones económicas europeas y mundiales siguen cumpliendo con su guión. A pesar de todo Grecia parece que quiere hacerse el suyo, pero de momento está sola, a no ser que se pase al bando de Putín, se venda a los chinos, como han hecho otros países, y se vaya del nuestro. Las soluciones hacia adelante sin soltar lastre no son muy inteligentes porque al final hay que pagar en todos lados. La bajada momentánea del petróleo nos está beneficiando a todos a los de arriba y a los de abajo. Aunque la situación política global, con los conflictos de Ucrania y Siria, hacen pensar que dentro de poco asistiremos a un torpedo más a la línea de flotación del consumo, y otro más para salir de la crisis para nuestro país y para Europa en general, aunque sólo sea por cercanía.. Ante las elecciones municipales vemos que se nos presenta un panorama de más de lo mismo, o puede que con extremismos desconocidos, pero en las posibles listas se ve gente de poca valía demostrada o sin demostrar, de choriceo demostrado o a punto de demostrar, de comparsas de poca monta, o parados que piensan que la política les solucionará la vida. Claro está que la gente de valía huye de una carrera política cuyo destino es ir hacia abajo porque lo que va a heredar es polvo y con polvo poco se puede hacer. Máxime si contamos con una sociedad que es incapaz de tomar su puesto y aportar agua para que con ese polvo se pueda volver a hacer porcelana. Mientras otros siguen tomándose a chufla la democracia, y piensan en redactar constituciones soberanas, convocar elecciones, montar sus paripés, para huir hacia adelante dejando atrás escándalos que también les acabarán atrapando. |