"Si no sabes si vas a terminar, lo mejor es no empezar". (Un "Ni-ni").
No se molesten, por favor. Les entiendo. Tantos aforismos, proverbios, máximas o adagios de ilustres personajes, e incluso deidades, del mundo mundial y voy yo a colocar aquí a un "ni-ni". ¡Será posible?! Pues sí, a los "ni-ni" también hay que colocarlos, no espantarlos, no decirles "vuelva usted mañana, señor Larra", sino abrirles puertas.
Pero este "ni-ni" no lo es por capricho. Él ha hecho su Bachiller y ahora debería elegir entre trabajar o seguir estudiando. Sin embargo, se encuentra que el índice de paro está en el 25% de la población activa y, según los gurús más optimistas, no bajará a cifras de paro normal, es decir, al que los economistas llaman estructural, hasta 2025. Por tanto, trabajar hoy es un azar. Habrá que esperar hasta entonces.
Expedito el otro camino, el de los estudios, a nuestro amigo le angustia tener que achuchar a unos padres que si ya malamente pueden con la cesta de la compra, encima le tengan que abonar la matrícula. El chaval ya ha decidido, y más aún desde la nueva reforma universitaria: él va a dejar de estudiar. Por tanto, ha nacido un nuevo "ni-ni".
Ahora, al banco. Allí se mezclará con ¡esos que no quieren ni trabajar ni estudiar! La gente le llamarán vago y, sin embargo, sus padres aún le dicen que no se preocupe de la matrícula, que lo sacarán de debajo de las piedras. Pero comienza a ser demasiado tarde. Una vez en el parque, en el banco, con tanto talento suelto, las ocurrencias son infinitas y, por supuesto, también hablan del cambio, de ese 4+1 por 3+2.
"Mis padres se creen que el capital lo que quiere es que no estudiemos, que sólo estudien los ricos. No se quieren dar cuenta que literalmente no es así. A los ricos les da igual. Sus hijos se colocarán en su empresa, ya sea la empresa de Botín o la de Monedero. Existen otras razones".
"¿Qué razones, entonces?" ?le inquiere otro.
"El tema es distinto. En un sistema capitalista extremo como éste los bancos no ganan dinero con los ricos, los bancos y demás financieras ganan dinero con la clase media (en adelante, pobres) y mis padres sacarían el dinero como fuera, con un préstamo tras otro si hiciera falta. El cambio de modelo universitario va a servir, única y exclusivamente, para endeudar más a los que menos pueden y capitalizar a los bancos. ¿No te das cuenta que los padres van a resistir con un 3+2 o un 3+7? Aceptarán siete años de máster con tal sacarnos de aquí?".
"¿La alternativa?".
"Muy fácil, si quieren cambiar la enseñanza, que la cambien, aunque eso también es relativo, pero que los másteres y los grados tengan el mismo precio, y así no habría sospechas de que este cambio actual, con el capital en el poder, incida aún más en la existencia de una enseñanza para pobres (grados) y otra para ricos (másteres)".
"¿Cómo dices que es relativo eso de cambiar la enseñanza, si así nos homologamos con Europa?".
"¿Tú también te lo has creído? Pues que comiencen por homologar el sueldo base. En Europa la media del sueldo mínimo entre Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Irlanda, Francia, Alemania y Reino Unido es más del doble que en España. Aquí, según vaya llegando la clase media al final del tobogán, donde está la pobreza, y no puedan endeudarse más, les entregarán un título de grado para que lo cuelguen. Ahí se constatará que se ha recibido una enseñanza generalista, sin una anécdota, posiblemente un ladrillo de enseñanza básica. Pero debes saber que con ese título, aun sin los contenidos especializados de los másteres que dan acceso a las empresas, a poco que te lo propongas, podrás llegar a ser el presidente de tu comunidad de vecinos".
"Eres muy pesimista?".
"¿Pero qué tengo que hacer yo para que te des cuenta, tío? Mira bien, de un grado saldrás sabiendo 'Istoria' y en un máster te enseñarán que se escribe con hache. ¿Vale?".
"¡Anda, echa cartas!..."