"La mística de San Juan de la Cruz está poblada de nadas, es la de un asceta terrible que se arrancó el corazón", afirma Santiago Guerra (GALERÍA DE FOTOS)
En la noche fría de este pasado miércoles se ha desarrollado la segunda sesión de la Cátedra Domingo de Soto de la Universidad de Salamanca, impartida por el Santiago Guerra Sancho sobre San Juan de la Cruz y el saber no sabiendo. El objetivo de la Cátedra Domingo de Soto desde su creación en 1975, es ampliar los intereses de los estudiantes sobre problemas religiosos en el Cristianismo o en la historia de la humanidad.
El profesor Santiago Guerra comenzó su conferencia recordando las palabras del pensador Wittenstein, no se entiende algo al menos que se lo puedas contar a tu abuela. Santa Teresa decía que la mística era más imposible que hablar griego. Como se podrá explicar la mística a la abuela con palabras sencillas, es casi imposible. Dámaso Alonso, en la edición que realizó sobre la poesía de San Juan de la Cruz (desde esta ladera), afirmaba que la poesía de San Juan de la Cruz, es uno de los mayores torrentes de luz que ha producido el hombre. Es imposible aclararlo desde la ladera humana, con una trasfusión tal que nuestra alma no ha percibido semejante desilusión, no queda más que abandonarse en los brazos de Dios.
La más alta posibilidad de la belleza no nace desde la estética sino desde la experiencia de Dios. Pisar el terreno de la mística es pasar al otro lado del espejo de Alicia y poner la razón y el lenguaje en suspenso. Pero a pesar que desaparece la razón y el lenguaje, es necesario ofrecer la experiencia para engolosinar, como recordaba Santa Teresa. La experiencia mística se expresa rompiendo el lenguaje que escandaliza al que lo escucha. El maestro Eckhart comentaba que blasfemando de Dios le alabo, burlándose del lenguaje. El buscador está al límite de los conceptos y del lenguaje, ya que cualquier concepto de Dios, es una proyección nuestra, un ídolo. Dios está siempre más allá. San Juan de la Cruz, no utilizará nunca la palabra Dios, la sustituye por el Amado. Dios es inefable, inconceptualizable, pero el místico se las arregla para crear un lenguaje nuevo.
El filósofo J. Maritain, otorga el apelativo a San Juan de la Cruz como el "Doctor de la Noche". Ésta es el tiempo donde culmina la experiencia humana hacia su meta, trata de guiar nuestra libertad, a través de todas las noches del desprendimiento de los sentidos y del espíritu, hacia la sabiduría de la unión mística. Es además, la noche oscura, donde se abandonan todas las luces y apoyaturas de la creencia. Su mística está poblada de nadas, es el asceta terrible que se arrancó el corazón. Es la noche más profunda es la que nos abre a la experiencia de Dios, en esa noche negra puede surgir una humilde luz aún sin rostro. También puede ser un puente para el sentimiento amoroso en el rincón más profundo del alma y que permita atravesar la noche oscura. Sólo la herida de amor, justifica esa aventura nocturna. En su Cántico Espiritual la herida de amor viva es la que ayuda a salir. Desde la perspectiva teologal, será la fe, la esperanza y el amor lo que le mueve a cruzar la noche.
El místico piensa en la purificación del mundo sensorial, es la imagen de Dios que tienes dentro de ti la misma energía infinita de Dios. Esta puede quedar estancada, bien por el poco desarrollo intelectual o bien por una fe infantil, ave atada a un hilo, por muy delgado que este sea, no puede volar. Se necesita la noche de sentido aunque sea dolorosa para la liberación de la razón, de la memoria y de la voluntad.
Este saber no sabiendo
es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer;
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.
San Juan de la Cruz habla de un no saber racional, es necesario en un primer momento la meditación discursiva, pero hay que ir poco a poco desarrimando y poner las potencias, la razón, la memoria y la voluntad, en un silencio puro para que nos hablen de Dios. Cuando las potencias se vacían de sus objetos, se convierten en receptáculo de Dios. Es la noche pasiva del alma, la llama de amor viva, soy amado, soy vivido, la ciencia es un sentir de la Ciencia Suma. Esta es un sentimiento que lleva a saborear a Dios con el corazón. Es un sentir que no nace del hombre, es una presencia de Dios en la vida humana. Ese sentimiento es una visión y una unión a la vez. Desde este sentimiento de amor vivo, la razón se convierte en fe, la memoria en esperanza y la voluntad en amor divino.
El Dios de San Juan de la Cruz, es un Dios escondido, ¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? En nuestras sociedades Dios es una ausencia, se ha expulsado a Dios de todos los campos de la vida, estamos sin noticias de Dios, incluso está ausente de la propia vida religiosa. El creyente se coloca en una noche oscura y se siente tentado por el ateísmo, ¿Dónde está Dios? En el constante aviso del místico de Ávila de la negación de Dios, para desterrar las imágenes falsas, es en esa negación donde paradójicamente nos encontramos con Dios. Eckhart y San Juan de la Cruz, son teólogos de la "Muerte de Dios", un Dios hecho a nuestra imagen, un auténtico ídolo: Dios ha muerto, viva Dios. El cardenal Koenig, ve en San Juan de la Cruz como un guía de la fe muy profundo y acomodado al hombre de nuestros tiempos.
El Dr. Santiago Guerra Sancho, OCD es Sacerdote de la Orden del Carmelo Descalzo, ha realizado estudios en Filosofía en el Colegio Filosófico de los PP. Carmelitas Descalzos, y en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha sido docente en el Colegio Teológico de PP. Carmelitas Descalzos de Salamanca, en el Instituto Superior del Profesorado de la Universidad Pontificia de Salamanca en el Instituto Teológico Gaudium et Spes de Salamanca y en el Instituto Teológico de S. Esteban de los PP. Dominicos de Salamanca. Es Fundador y Director del Centro Ahimsa de Yoga y Meditación de Salamanca desde 1977. Entre sus escritos cabe señalar: El Dios de Jesucristo (Colección Instituto de Espiritualidad a distancia), Madrid, 1983, 168 p.; La meditación y la Nueva Era. Temas para un diálogo, Madrid, 1986, 183 p.; S. Juan de la Cruz y la búsqueda de Dios en nuestro tiempo, Salamanca, 1992, 101 p.; Yoga, zen y oración cristiana, 35, 1976, 125-150 p.; S. Juan de la Cruz y el diálogo con Oriente, 49, 1990, 501-541p.; El reto del discurso cristiano: Decir hoy "Dios" significativamente , 53, 1994, 255-315p.; Simone Weil, A la espera de Dios en el umbral de la Iglesia, 64, 2005, 423-462p.; El diálogo interreligioso: el Carmelo Teresiano-Sanjuanista entre Oriente y Occidente, Ibd.; Una mística de hoy, en "Teresa de Lisieux, profeta de Dios, doctora de la Iglesia"(Actas del Congreso Internacional, Salamanca, 1998); Ecología y cristianismo, una relación discutida, en "Razón y Fe", nº 1088, 1989, 605-626p.; La noche del sentido, en "Sal Terrae", marzo 2000, 215-230 p.
Juan Antonio Mateos Pérez
Área Socio ? Religiosa de SALAMANCArtv AL DÍA