Érase un hombre a una coleta pegado,
con un discurso un poco plasta;
era una coleta locuaz y anticasta;
era de un partido mal encarado;
Eran un Monedero y un Errejón en entredicho;
eran carne de tertulia sabadera;
eran el terror, de igual manera,
que era Iglesias el más bicho.
Era el azote del pepero;
era la envidia del Pedrito,
como el mismo Chávez era;
eran de un populismo infinito,
mucha coleta y mucho podemos eran
y al mismísimo Rajoy traían frito.