OPINIóN
Actualizado 28/01/2015

Inspirado en los países del Lejano Oriente, con detalles de paillettes o en un solo color, el turbante arrasa sobre las cabezas de las chicas más atrevidas. Personalidad y sofisticación son las señas de identidad del accesorio más oriental.

Originalmente, el turbante no tenía una forma fija, sino que era una tela muy larga que se enrollaba alrededor de la cabeza y después se sujetaba. Los sultanes otomanos y los nómadas del desierto fueron los que impusieron esta moda milenaria, que actualmente siguen utilizando los sijs de la India.

Para conocer cómo se impuso el turbante en la sociedad occidental, hay que hablar del diseñador francés Paul Poiret. Rodeado de un aura de genialidad, este modisto de principios del siglo XX se rodeó de los más brillantes del mundo del arte y del cine. Creó sus propios códigos indumentarios y basó gran parte de sus

colecciones en el Orientalismo. Todo esto se tradujo en la pieza que le hizo famoso: el turbante. Al más puro estilo de Las mil y una noches, Poiret se inspiró en su modelo favorita, Denise, y colocó en cada uno de ellos una pluma, que era sujetada por una piedra, aportando así el toque más esencial.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, los turbantes adquirieron su máximo esplendor. En una época llena de escaseces, las telas no iban a ser menos.  En 1940 se impuso una orden de limitación de suministros, que regulaba la cantidad de tejido que podía utilizar la confección textil. Este sistema de racionamiento supuso el freno de la Alta Costura parisina. Sin embargo, el tocado más oriental estaba de suerte, pues los materiales para este tipo de complementos no estaban limitados. De ahí que en aquél momento los altos turbantes de diseños atrevidos fueran parte del contraste que se formaba con vestidos mucho más sutiles.

En el desfile de Alta Costura de otoño-invierno 2014-2015 de Giambattista Valli de la semana de la moda parisina todas las modelos lucieron un turbante blanco anudado sobre el pelo que no les cubría toda la cabeza. Combinados con gigantes diseños de tul, los turbantes fueron los protagonistas de todo el desfile, eso sí, inocuamente.

Asimismo, es fácil recordar una de las colecciones que presentó Miuccia Prada en el 2007, repleta de turbantes de una amplia gama de colores que evocaban a épocas pasadas.

Liso o de varias tonalidades, que cubra todo el pelo o en forma de banda, para una noche de fiesta o para una jornada informal. El turbante tiene mil y una versiones y es perfecto para marcar estilo y aportar un aire chic a cualquier look.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Evocador y enigmático turbante