Tenemos prisa por vivir, por tener lo mejor, nunca estamos conformes. Decimos que seremos por fin felices cuando hayamos terminado la carrera y consigamos el trabajo de nuestros sueños. Nos olvidamos de que la vida es hoy y de que vale más lo diminuto que las grandes aspiraciones idealizadas. Por eso, el que no se de cuenta de que la vida son los detalles tontos, aún no a empezado a vivir.
Feliz semana y ...¡a quererse mucho!