"Nos ha colocado en el dolor", afirma el portavoz de los obispos, José María Gil Tamayo, que justifica la decisión en la sobrecarga de viajes de Francisco
La Conferencia Episcopal Española (CEE) reconoce su dolor por el anuncio del Papa de no venir a España, después de que los obispos dieran por confirmada la visita para el mes de agosto. "Nos ha colocado en el dolor", afirmó el portavoz de la Iglesia española, José María Gil Tamayo, con estrechos vínculos a Salamanca a través de la Universidad Pontificia.
Desde la CEE no se oculta la desilusión por la cancelación de un viaje que había levantado muchas expectativas en Alba de Tormes desde todos los puntos de vista, el religioso, cultural y económico, por el incremento de visitas en el marco de Las Edades del Hombre y el V Centenario de Santa Teresa de Jesús.
En declaraciones a Radio Nacional de España, Gil Tamayo justificó esta decisión en la sobrecarga de viajes de Francisco, que tiene ya programados y cerrados desde hace tiempo a numerosos países, "en la periferia del mundo", como se ha señalado desde la CEE en un comunicado oficial.
El portavoz de la jerarquía española dijo, no obstante, que habrá más ocasiones de encontrarse con el Papa, "quien ha expresado en muchas ocasiones su cariño y afecto al pueblo español".
En círculos periodísticos se han expuesto discrepancias entre la Santa Sede y los obispos españoles en la elección de la fecha de la visita debido a las citas electorales.