Desde que comenzó la crisis, lo que prácticamente coincide con el comienzo de mi empresa, llevo escuchando palabras de elogio y aliento de personas, cercanas o no tanto, que valoran el esfuerzo diario para seguir al pie de la lucha palabras que he agradecido y agradezco, y que me encargo personalmente de hacer saber de esa gratitud.
Igualmente, en mayor o menor medida he escuchado criticas, hacia mi personalmente que por supuesto ignoro (no procede ni oír ni escuchar) y sobre todo hacia la forma que hemos conseguido mantenernos y crecer, algo que sinceramente me molesta un poco, aunque en el fondo me hace mucha gracia...
Oigo pero no escucho, porque ante todo soy consciente de que nadie, lejos de mi circulo más cercano, si yo no he contado o mostrado, se encuentra capacitado para hablar de mi o de mi trabajo, nadie sin ponerse mis zapatos está cualificado ni legitimado para hablar...
En este Master que estoy haciendo, de como ser empresaria y no morir en el intento, he aprendido mucho, de cosas y gentes buenas y de cosas y gentes malas y lo mejor de todo es que a estas alturas puedo decir que tengo mucho que agradecer a mis compañeros de trabajo o compañeros de profesión (de miles de sectores diferentes), pero que nadie nos ha regalado nada...
He vivido y vivo agarrada firmemente a la idea de que es posible, de que cada día, cada idea, cada acto, cuenta...hay que intentarlo...
¿El secreto? Ninguno...iniciativa, constancia, ilusión, y sobre todo, agarrarse como gato panza arriba a tu idea, la tuya...no la del vecino, y sobre todo y ante todo, tal y como siempre dice mi compañera Bea López (Super López para los amigos), -Hazte coleta y tírate de ella...cabeza arriba...¡tu puedes!-
Pues eso, cabeza arriba y a luchar por lo que quieres, y el que habla que hable, porque...
...¿Hay algo mas tonto que hablar de otros sin saber? Lo dudo...