OPINIóN
Actualizado 11/01/2015
José Luis Puerto

¿Para qué sirven los lápices? Para crear y expresarse, para iluminar el mundo, para humanizarlo, para hacer que en él quepamos todos, para erradicar, de un modo totalmente pacífico e ilustrado, cualquier fanatismo, cualquier fundamentalismo. Era la tarea de Charb, Tignous, Cabu, Wolinski, Maris?, quienes, con sus dibujos, ponían en práctica, semana a semana, en Charlie Hebdo, esa conquista de la libertad de expresión, que es uno de los logros y una de las decisivas aportaciones de occidente al mundo.


    Los lápices, estos aciagos días en los que la barbarie ciega quiere imponer su irracionalidad a la lógica de la civilización, se han convertido en símbolo civilizador, en símbolo de la sociedad abierta, de la sociedad tolerante, de la sociedad que hace del humanismo su bandera y de las libertades su modo de ser. Y serán la herramienta que derrote a la barbarie fanática y violenta.


    En un hermoso y desconocido poema, titulado precisamente "Civilización", el poeta mexicano Jaime Torres Bodet expresa con dolor lo que estos días padecemos: "Un hombre muere en mí siempre que un hombre / muere en cualquier lugar, asesinado / por el odio ? de otros hombres." "Pues todo en torno nuestro es puesto en duda"        ?sigue indicando el poeta mexicano.


    Pero no, no todo nos lo han de poner en duda quienes desearían llevarnos a las estepas de la barbarie. Frente a la irracionalidad, el fanatismo, el miedo, el odio, la muerte? hemos de oponer nuestros lápices, el humanismo, las libertades, la dignidad, la tolerancia? que son conquistas y logros que pertenecen a todos, que eso significan los lápices.


    El poeta francés Paul Fort, en un popular poema que nos enseñaban de muchachos, venía a hablar de la fraternidad humana en versos memorables: "Si todos los muchachos del mundo / quisieran darse la mano, / alrededor del mar / podrían hacer un gran corro?" Y estos días en que el terror ha querido oscurecer las luces y las mejores conquistas humanas, alguien, en algún medio de comunicación, ha recordado a Paul Fort y ha cambiado "gars" (muchachos) por "Charlies": "Si tous les Charlies du monde?". Sí, todos somos Charlie. Todos los Charlies del mundo ?todos los que utilizan los lápices de la paz, de la tolerancia, de la libertad y del respeto a la condición humana? quieren darse la mano de la fraternidad y de la libertad, pese a que tal apuesta cueste la propia vida.


    Todos somos Charlie.

 

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