OPINIóN
Actualizado 09/01/2015
Eugenio Sánchez Redondo

   En estos días de tira y afloja, todo es un ir y venir.

   Apenas se permanece, el hormiguero humano penetra en las tiendas, devora todo aquello que no necesitamos en grandes superficies que van engullendo a su vez a las pequeñas, a mi querido barrio sin nombre.

   Mi intriga es el hombre, por ejemplo, quien es capaz de plasmar bellamente en palabras lo que algunos pensamos torpemente, y el hombre sin sentido en su vida, el charlatán, un "caminante" con buen aspecto y nada más.

   El compromiso es la diferencia y la esencia la ausencia de ego.

   En una foto descubierta hace unos días alcancé mi séptima dimensión y refrendé nuestra absoluta insignificancia, nuestro total desconocimiento viene del más allá y llega hasta nuestras entrañas. Leyendo esta fotografía de la NASA, divisamos dos puntos diminutos, un más pequeño y pálido (la luna),  y otro algo más azul donde habita nuestra raza.

   Adiós ideologías, mitos, guerras de poder y de dolor.

   Esta foto es un disparo directo a la consciencia.

  ¿Quiénes nos hemos creído, quiénes nos creemos para tener capacidad sobre los demás para decidir sobre otros en el planeta tierra?. ¡Si en unos días vendrán cabalgando sobre estrellas fugaces otros que nos someterán o que serán sometidos!.

   Todo es tan relativo, me da la sensación de que cada uno puede tener nuestro mundo entre sus manos, ¿pero quién sabe qué hacer con él?

   "Las cosas no se dicen, se hacen porque al hacerlas se dicen solas", (Woody Allen).

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