OPINIóN
Actualizado 06/01/2015
Luis Gutiérrez Barrio

Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue

Acabamos de despedir un año y hemos dado la bienvenida a otro. Me maravilla la alegría con la que lo despedimos. Tal vez sea, que con la edad, vamos cambiando nuestra forma de entender este  paso de un año a otro. Un paso, que si lo analizamos objetivamente no es nada, el reloj sigue marcando los segundos inmisericorde, no se detiene para contemplar cómo grita la muchedumbre, canta, se abraza, se felicita? el reloj sigue marcando segundo tras segundo su eterno e incansable tic-tac, llevándose con dada uno de ellos, parte de nuestra vida.

Creo, que un día como el que acabamos de vivir, un día en el que hemos despedido a un año y hemos iniciado una nueva andadura por otro, es un momento para reflexionar, para echar la mirada atrás y ver en qué hemos invertido esos 365 días. Analizar qué podíamos haber hecho y no hicimos, y por qué. Es un día para recordar a las personas que nos han acompañado en este caminar. Pensar, en qué hemos hecho por ellas, si les hemos dado cuanto necesitaban de notros, si hemos estado atentos a sus necesidades, a sus demandas, si hemos recibido sus mensajes, si les hemos hecho caso o por el contrario hemos preferido tomar el camino más cómodo y cerrar nuestros oídos y nuestros ojos ante las muchas calamidades que han pasado delante de notros.

A pesar de todo, es un tiempo para sentirnos felices, porque con el nuevo año, se presenta ante nosotros, otra oportunidad para corregir todo aquello que hemos hecho mal, porque nunca es demasiado tarde para enmendar nuestros errores. Tenemos ante nosotros un paisaje nuevo, un paisaje jamás hollado por nadie, un paisaje que nunca jamás se ha presentado ante nadie, somos los primeros y los únicos que disfrutaremos de él. Y lo haremos solamente una vez en nuestra vida. Luego, cuando pase, nunca jamás volverá, por muchos siglos que la Humanidad continúe sobre la tierra.

Cuántas veces habremos dicho aquello de, si volviera a nacer y sabiendo lo que sé? Pues ese milagro se ha producido. Ese milagro se produce todos los días. Cada día es el primero de lo que nos queda por vivir, cada día es un volver a nacer, y además con el bagaje de todo lo aprendido y vivido hasta ahora.

No perdamos el tiempo en iras y rencores, en envidias y odios, en enfrentamientos y violencias. El tiempo que malgastemos en odiar es un tiempo perdido. El odio es un camino que nos angustia, un camino, en cuya senda, iremos dejando jirones de felicidad enredados entre las espinas de sus orillas. Al final de ese camino estaremos desnudos, descarnados y solos.

Mientras tanto, los granos de arena seguirán cayendo en el reloj del tiempo sin descanso, sin que nada ni nadie, pueda hacer nada para pararlos. De nosotros dependerá en qué lo empleamos. De nosotros dependerá el camino que elijamos para para cruzar este magnífico paisaje, en el que cada amanecer se nos abrirá un nuevo e inexplorado horizonte.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Cómo se pasa la vida