OPINIóN
Actualizado 04/01/2015
@santiriesco

Hay libros que llegan en el momento justo. Como el último de Javier Cercas. El Olentzero atendió a mi petición y no me ha llegado a Reyes. Impresionante, El impostor.

 

Llegué a Cercas, como casi todos, con la recuperación de la memoria de uno de los fundadores de Falange con su pelotazo editorial Soldados de Salamina. Después le seguí la pista y no debí leer en el momento adecuado La velocidad de la luz, por lo que pasé por él sin que él pasara por mí. Con Anatomía de un instante toqué el cielo de los lectores. Era como si tuviera en mis manos la primera novela hiperrealista y documentada. Como si se hubiese inventado un nuevo género literario, como si en él se hubiesen dado la mano las nivolas de Unamuno y los mejores reportajes de Manuel Rivas. Como si me empapase de periodismo del bueno. Del mejor. Insuperable, pensé. Después publicó una novelita menor, Las leyes de la frontera, también inspirada en un personaje real, un macarra de su infancia en el extrarradio girundense. Como un paréntesis entre genialidad y genialidad. Porque no se me ocurre otro modo de describir El impostor. Es una absoluta genialidad.

 

Intentaré razonarlo. Primero porque elige un personaje real cuya vida es una absoluta ficción. Segundo porque se implica de un modo tal que el autor es parte de la narración. La carga autobiográfica es brutal y nada gratuita. Su confrontación con el protagonista hace que ambos personajes, Enric Marco y Javier Cercas, cedan el papel principal a la impostura. A la verdad y la mentira en sus diferentes versiones según el origen y la causa de las mismas. Un auténtico tratado filosófico, psicológico y social aplicado a ambas vidas y, por supuesto, a la historia personal de cada uno de los lectores. En mi caso ha sido, ya digo, una lectura providencial. Y esto sin mencionar que la historia del impostor Enric Marco es la historia de la impostura de todo un país a lo largo de los últimos cien años.

 

Convengo con su hijo Raül en que el personaje elegido, Enric Marco, es el "puto amo". Y alabo el gran acierto de Javier Cercas al incluir el paralelismo entre Enric Marco y Alonso Quijano, los personajes vividos por Marco y el Quijote, la pluma de Cervantes y su ordenador, el propio don Miguel y -el que desde ya es para mí- don Javier.

 

No se puede empezar mejor el año lector. Feliz 2015.

 

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