OPINIóN
Actualizado 02/01/2015
Natividad Cabezas García

Aún resuena en el ambiente el eco de las doce campanadas que anunciaron la entrada del año 2015.

Las familias se reúnen para despedir el año y dar la bienvenida al nuevo. Las mesas se colman de manjares y  bebidas que ayudan a subir el ánimo.

Es el momento de los nuevos propósitos y buenos deseos. Las redes sociales revientan de mensajes, fotografías y vídeos. Los teléfonos no paran de sonar. Los abrazos y besos se regalan a millones. Las calles explotan de alegría y gozo. Así se celebra la llegada de un NUEVO AÑO.

Dos días más tardes, muchas personas regresan a sus hogares a su vida cotidiana, a su trabajo y la fiesta se queda solamente en el recuerdo.

Este año me he propuesto no guardar mis zapatos de fiesta y dejarlos a la vista, para recordarme que cada día del año es un motivo de celebración.

No es necesario imponer una fecha, para reunirme con la familia, los amigos o compañeros. el espíritu de la Navidad tiene que durar 365 días.

No dejes para el último día del año la llamada pendiente a un amigo, ni dejes de celebrar los éxitos de cada día.

Todo es cuestión de actitud. Aunque vengan circunstancias adversas, que nos puedan hacer decaer, recordaremos que aun en esos momentos y más que nunca, podremos ponernos los zapatos de fiesta y festejar todo lo bueno que tenemos en la vida.

¡FELIZ AÑO 2015!

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