Las aguas del Tormes político bajan revueltas en estos días previos a la noche de paz, noche de amor? A poco más de cinco meses para las elecciones municipales y autonómicas, el avispero ha comenzado a menearse en forma de papeles, denuncias a anticorrupción y funcionarios provinciales apartados.
Los socialistas charros han elegido al senda "justiciera" en sus primeros pasos hacia el abordaje institucional de diputación y ayuntamiento capitalino, tras una legislatura opositora más gris que otra cosa a un gobierno popular, bajo mi humilde opinión, también bastante monocromático.
Si bien creo que los papeles que el diario El País publicó esta semana poniendo en duda la legalidad de la financiación popular tienen poco pase legal , el "juego" periodístico que han dado han llevado a reacciones poco menos que pueriles por parte de quienes deben de atajar con contundencia, determinación y claridad este tipo de temas. Quienes nos representan, y aspiran de nuevo a hacerlo, deben de tener algo más de nivel al abordar cuestiones que a los ciudadanos nos sangran y molestan a partes iguales, me recuerdan a veces al patio de mis queridos escolapios cuando en la típicas disputas pueriles uno intentaba escurril el bulto con el recurrente " seño, yo no he sido".
El horno electoral no está para estos bollos, está para reposterías de mejor calidad y con materias primas más nobles que sacien la hambruna de una sociedad que ya no se traga cualquier cosa. Veremos cuáles serán los siguientes capítulos de todo este embrollo, que me temo no ha hecho más que empezar, aunque para estos casos nada mejor que recurrir a la sabiduría popular, y ya saben que "quien no la debe no la teme".