Todo te parece un continuo decorado, abusar del croma no es nada bueno
Todo lo bueno se acaba, en este caso para bien. 'El Hobbit, la batalla de los cinco ejércitos' es la última entrega de la segunda trilogía del universo de la Tierra Media dirigida por Peter Jackson.
Los fans del universo de Tolkien están de celebración y tristes a partes iguales, es la última película del mismo. Actualmente Jackson está con temas legales por los derechos de autor de Tolkien, lo que supone que por el momento no va haber más películas de la Tierra Media dirigidas por Jackson.
En cuanto a la película, ¿por dónde empezar? Ese cliffhanger que te deja con ganas de más en La desolación de Smaug dura unos 15 minutos de chiste. Smaug, como en el libro, hace una aportación ridícula a la batalla por la Montaña Solitaria. Es probablemente la película en la que más se note el CGI. Todo te parece un continuo decorado, abusar del croma no es nada bueno. De hecho hay momentos en los que parece que han cogido a los mismos extras y los han copiado y pegado por toda la pantalla.
Legolas por su parte sigue con un aumento exponencial de photoshop digno de una modelo, bueno es un elfo en parte se entiende. Lo bueno, lo mejor, lo que te saca una sonrisa o unas carcajadas son los enanos. También es cierto que hay un rato con la maldición del dragón (la codicia de los enanos llevado a un extremo radical) que es soporífera a no más poder. El momento en el que aparece el primo de Thorin con los enanos es uno de los momentos más divertidos de la película, por la puesta en escena.
Para ir finalizando,' El Hobbit, la batalla de los cinco ejércitos' va a dar mucho de qué hablar. Desde la decisión de eliminar los 45 minutos de batalla que en su día Jackson dijo que llevaba el filme (gracias por no hacernos sufrir) hasta el sobre uso del CGI. Queda en claro de todo esto que Bilbo vuelve a La Comarca, partida y regreso.