OPINIóN
Actualizado 12/12/2014
Juan Robles

El pasado día 5 de diciembre celebrábamos el día internacional del voluntariado. Merece la pena hacer alguna reflexión sobre el papel y la trascendencia de este fenómeno mundial de nuestra época.

Cuando tantas prácticas de corrupción, de violencia ?general y de género--, guerras, robos, extorsiones, expresiones de racismo, venta de armas, drogas, etc., pueblan nuestro mundo, no viene mal constatar que no todo es negativo lo que ocurre entre nosotros.

De hecho es abundante el número de personas voluntarias que entregan su tiempo, su trabajo, su estudio e inteligencia, a salir al paso de las necesidades de tantas personas, y al desarrollo de pueblos y sociedades en diversas partes del mundo.

Voluntarios de Caritas por ejemplo, o de la Cruz Roja, o de tantas meritorias ONGs (Organizaciones no gubernamentales) para el desarrollo o para diversos servicios y necesidades. Son cantidades ingentes de personas las que cubren este sector de hombres y mujeres voluntarios, muchas veces pobres y necesitados ellos mismos, y que contrarrestan con creces esas dimensiones humanas de maldad, que son las que más ruido hacen, porque el voluntariado se hace en el silencio, pero que llega a los puntos más alejados y recónditos, y que cubren las necesidades más perentorias de tantas y tantas personas humildes y deseosas de salir adelante, con la ayuda de los proyectos de desarrollo más humildes pero tantas veces muy eficaces.

También entre nosotros se dan muestras eficientes de auxilio a los pobres, a los enfermos, a los mayores, a todos los necesitados de ayuda. Hace pocos días veíamos con admiración, no sólo la generosidad de los donantes, sino también el buen hacer de multitud de voluntarios que acudieron a realizar esa espléndida recogida de donaciones para los fondos del banco de alimentos, que tantas hambres palian, tanto de niños como de mayores y familias también entre nosotros.

Un buen reconocimiento del valor de los voluntariados es la atención que últimamente está teniendo nuestro ayuntamiento de Salamanca, disponiendo incluso de un departamento dedicado al conocimiento, aprovechamiento y mejora de los voluntarios de nuestra ciudad salmantina.

Muchos de nuestros misioneros disponen de redes de voluntariado, generalmente ligadas a ONGs para el desarrollo en el mundo. Yo mismo he sido presidente durante doce años, y miembro unos cuantos más de la pequeña ONG Misión América, al servicio de nuestros sacerdotes españoles y misioneros que trabajan en el continente americano. Y puedo dar fe de los valores y servicios llevados a cabo por nuestros generosos voluntarios y colaboradores.

Adelante el voluntariado. De jóvenes y no tan jóvenes. Una buena cantera de voluntarios se encuentra hoy en el campo de los jubilados en buena situación y con experiencia y capacidad para llevar adelante el ejercicio de tan meritoria colaboración. ¡Enhorabuena, voluntarios!

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Voluntarios