OPINIóN
Actualizado 11/12/2014
José Luis Sánchez

La delgada relevancia que RTVE da a la fiesta de los toros ha quedado reducida a una hora semanal al mediodía de los sábados en la 2. Pues nada, allá que nos vamos de cabeza los aficionados. Lo cierto es que la carta informativa que nos sirve el equipo de Federico Arnás está muy bien condimentada. Interesantes reportajes de actualidad de las ferias más relevantes y entrevistas de largo y medio metraje con las figuras de hoy, de ayer y personajes relevantes que merezcan la atención. Son veteranos y excelentes profesionales a los que conocemos desde hace muchos años y poseen un criterio muy equilibrado del mundo taurino.

 El sábado pasado, entre otros temas de ferias americanas, nos sirvieron un interesante "plato": un reportaje amplio, primera parte, del peculiar universo taurino de un torero de leyenda: Curro Romero, el llamado "Faraón de Camas". Curro es un hombre poco hablador, misterioso, de breve léxico. Una entrevista de Arnás laboriosa donde sobrevoló en todo momento el un aire respetuoso, en el sentido de andar con pies de plomo para no romper un valioso jarrón chico del siglo XV.

 Hasta donde yo alcanzo a valorar como inevitable (en mi pueblo definido como "es lo que hay") el concepto popular de mito, asumo comprensión y mi respeto. No hay vuelta de hoja porque este artista del toreo posee una "hoja de servicios" abultada  y rigurosamente valiosa. Salidas a hombros de Madrid, Sevilla, tardes inolvidables etc?

 El amplio reportaje que seguirá la el próximo sábado incluía lógicamente imágenes de su toreo. Ahí es donde yo me quedo perplejo cuando veo torear a Curro en su mejor época y lo comparo con el toreo que hacen hoy, Juli, Parera, Morante?el toreo que hoy exigen los públicos. La esencia del toreo de Curro es su estilo personal, el donaire de su figura y su peculiar gestualidad. Técnicamente Romero no dio nunca más que medios pases, citando con la muleta pegada a la cintura, nunca  "obligó" ni "dirigió" a los toros, sólo los acompañó bonito. Un artista asustadizo. Un esteta cuyos cánones clásicos "parar, templar y mandar" nunca fueron con él. Un caso aparte con mucha milonga.

 El toreo es un generoso mundo de estilos y conceptos. Llegar al público es lo sustancial, conectar con él, emocionalmente. Eso lo consiguió Curro Romero. Pero torear un toro, lidiarlo con arte, pureza y corazón (todo en uno) eso es otra cosa. Y hoy se hace. 

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