No somos nadie sin un pasado, sin él, no existiría el presente.
Él es el gran maestro que te prepara para la vida y te regala una adolescencia llena de errores garrafales que te hacen inmensamente feliz. Solo el pasado te hace madurar aunque no quieras. A veces se viste en forma de "madre" y te dice: "eso ya lo sabía yo". Sin embargo, todos necesitamos equivocarnos, comprobarlo por nosotros mismos y meter la pata hasta el fondo.
Gracias pasado, por todas las lecciones aprendidas entre risas y llantos, ya estamos preparados para lo que tenga que venir.
Feliz semana y...¡a quererse mucho!