OPINIóN
Actualizado 04/12/2014
Martín Gil

"La Ilógica" en el fútbol aporta sus dividendos. La primera vez que leí sobre esta situación fue a Alejandro Scopelli en su libro "¡Hola Mister? 12 años después!.  Y me situó en escena para buscar soluciones prácticas en la dirección de los partidos de fútbol? Otro gran maestro de "La Ilógica" en la gestión del fútbol ha sido Johan Cruyff, recuerdo una anécdota de un enfrentamiento entre Barça-Atlético de Madrid, en el equipo colchonero había un jugador, Manolo, que se desmarcaba muy bien? La solución "ilógica" de Cruyff fue la siguiente: "Si Manolo se desmarca muy bien? pues no lo marcamos". Y se quedó tan pancho?

En los años setenta yo entrenaba a niños infantiles y juveniles a los que hubo que enseñarlos a pensar en esas claves? Recuerdo algunas soluciones: Jugar con un zurdo por la derecha o un derecho por la izquierda; el portero hacía barreras marcando al palo contrario, o con barrera dividida, incluso no hacía barreras según la distancia; usar la puntera en el área de meta; jugar al fuera de juego corriendo hacia delante y anunciar lo contrario segundos antes; poner un delantero "bajito" enfrentándolo a un defensa "grande"; dejarse marcar para desmarcarse mejor; una "diagonal" después de una "recta" que explicaba Menotti, etc. Todos estos enunciados tenían su desarrollo práctico y, lógicamente, muchos matices futbolísticos?

Los niños deben identificarse con el manejo del móvil-balón y éste debería adecuarse en tamaño y peso para dichas edades. Sobre todo, los niños deben aprender a controlar, pasar, manejar, regatear a un contrario, etcétera, buscando mejoras en su técnica individual. Pero no veo la utilidad de practicar conceptos tácticos a edades prematuras? Aunque deban aprender actitudes de cooperación, de colaboración con sus compañeros y no veo la necesidad de "entrenamientos físicos" sino fuera en presencia de la pelota? Es "ilógico" que los niños den vueltas al campo, se dediquen a saltar, tirarse al suelo, esprintar, etc., esto debieran hacerlo con juegos aplicativos y siempre con la pelota presente. También deberíamos relativizar el resultado de la competición, una vez llegué tarde a un partido de mi hijo y pregunté: "¿Cómo van??" Un padre me contestó con euforia: "¡Cinco a uno?!". Yo comenté: "¡Que pena? Mejor es que fueran empatados a cinco goles?!".  Muchos padres me miraron sorprendidos? En realidad, en esas categorías, los equipos deberían competir en equilibrio para buscar una progresión de la mayoría. Y practicar más racionalidad en su desarrollo deportivo?

 

 

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