Esto es infumable, qué hartazgo de lo mismo cada día? Esto no parece tener fin. Poder, lo que se dice poder, podríamos cualquiera, incluso todos. Hace falta querer y no está tan claro quiénes quieren de verdad. La palabrería de unos y otros en el parlamento, enzarzados a título del " y tú más", no conduce a tomar , de verdad, medidas para acabar con este bochornoso espectáculo. Así no llegaremos a buen puerto. Decía Henry Kisinger que todos los políticos no son corruptos, sólo el 90%. El sabe más de eso, por tanto habrá que creerlo, aunque solo sea un poco.
Es de vergüenza ajena y propia oírles hablar. Buscan excusas y dan razones poco fundamentadas para evadirse del establecimiento de un control donde nadie pueda manejarse al libre albedrío. No quieren, porque sus señorías han demostrado criterio en el uso de los fondos públicos. ¡Ya! Me asalta la duda de cuánto cobran, de verdad, los ministros. Porque no me creo que el Presidente del Gobierno y los Ministros cobren menos que un Secretario de Estado, que muchos Alcaldes y otros cargos de menor rango. ¿Tiene alguna asignación fija, sin necesidad de justificación y conocimiento público?
La izquierda sigue en sus trece de pedir cuentas a otros ( que está bien ) y sigue ignorando lo que tiene en su propia casa, que no es poco, por no decir que es más. Que a Dª Susana se le parta el alma con la corrupción suena a hipocresía, porque no viene haciendo lo que debería en su maltrecha y enfangada Comunidad. Parece que Gurtel es todo el problema de España. Dimitida Ana Mato , juzgados los correosos y con Bárcenas a buen recaudo parecen dar por terminados los problemas. Y todo esto no es más que una pizca de lo que hay, señores. Y hay para todos.
Y para remate, ha entrado en juego el pequeño Nicolás. Será un lunático, un estafador, lo que quieran, pero algo hay de cierto, porque tanto invento no puede ser. ¡Sorpresas nos seguirá dando esta vida bananera que nos brinda la casta!
Como remate de lo que es una país desquiciado por todos los lados, llegan las salvajadas de algunos aficionados al fútbol ( debe ser una excusa lo de aficionados ) y se citan a un duelo a muerte junto al Manzanares. Reflejo evidente de la carencia de valores que estamos acusando en la sociedad. ¿Para cuándo la calma, el sentido común, la generosidad??