Los objetivos son conseguir la concienciación de la sociedad sobre la profunda importancia de esta capa para la vida humana
La pluralidad de significados de la palabra «suelo» y el hecho de que el suelo sea un recurso oculto hacen que para muchas personas el suelo como recuso natural sea algo desconocido, es más, nos atreveríamos a decir, algo ignorado.
Cuando afirmamos que las vasijas tienen suelo, que el suelo del apartamento es de madera, que toco de pies en el suelo o ando que sobre un suelo resbaladizo, en ninguno de estos casos nos estamos refiriendo al suelo como recurso natural. Un recurso natural que es la base de la seguridad alimentaria de un país y de la humanidad entera. El suelo realiza, además, una serie de funciones medioambientales y servicios a los ecosistemas.
Pero el suelo es algo escondido ya que normalmente solo vemos su superficie, y no siempre se tiene la percepción de que el suelo es un volumen. Un volumen en el que se adentran las raíces de los cultivos para anclarse en él y obtener nutrientes, agua y oxígeno. Un volumen en el que los microorganismos descomponen los residuos orgánicos que recibe, con lo que se reciclan nutrientes y los residuos orgánicos frescos se transforman en humus, una materia orgánica muy estable, por lo que el suelo incide sobre el secuestro de carbono y el cambio climático global. Un volumen que contiene un cuarto de la biodiversidad global del planeta. Un volumen que mejora la calidad del agua que circula por él e incide sobre el ciclo del agua en el planeta.
Ahora bien, los paisajes presentan una gran diversidad de suelos cuya aptitud para distintos usos puede ser muy distinta. Por ello no todos los suelos pueden desarrollar las mismas funciones, no todos los suelos son de igual calidad. De ahí el interés de cada país en disponer de geoinformación de los suelos de su territorio, para saber de qué suelos dispone y cómo se hallan distribuidos. De este modo se podrá legislar para que al asignar usos al territorio se respeten los suelos de mejora calidad y que, por ello, más contribuyen a la seguridad alimentaria del país.
Pero el suelo, a pesar de lo importante que es para la vida en el planeta, no deja de ser una capa muy delgada de la superficie de la Tierra: de unos dos metros de espesor. Por lo que es un recurso natural limitado y muy frágil. Para formar 1 mm de suelo se requieren entre 100 y 1000 años, de ahí que el suelo sea un recurso natural no renovable a la escala de la vida humana. Por consiguiente, los suelos de un país deben protegerse contra los procesos de degradación: la erosión por el agua o el viento, la salinización de los perímetros de riego por un mal manejo del agua, la contaminación, el agotamiento de nutrientes para las plantas, la compactación, el sellado permanente por construcción de edificios e infraestructuras, entre otros procesos de degradación.
Por todo ello, el II Comité de la Organización de las Naciones Unidas en su 68º período de sesiones aprobó la Resolución FAO 4/2013, en la que se declara el 5 de diciembre DÍA MUNDIAL DEL SUELO, y la Resolución FAO 5/2013, en la que se declara 2015 AÑO INTERNACIONAL DE LOS SUELOS. Los objetivos específicos son conseguir la plena concienciación de la sociedad civil y los responsables de la toma de decisiones sobre la profunda importancia del suelo para la vida humana; educar al público sobre el papel crucial que desempeña el suelo en la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del cambio climático, los servicios ecosistémicos esenciales, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible; apoyar políticas y acciones eficaces para el manejo sostenible y la protección de los recursos del suelo; promover inversiones en actividades de manejo sostenible de la tierra para desarrollar y mantener suelos saludables para los diferentes usuarios de la tierra y grupos de población; fortalecer iniciativas en relación con el proceso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda post-2015; promover una mejora rápida de la capacidad para la recopilación de información sobre el suelo y la supervisión a todos los niveles (mundial, regional y nacional). A todo ello se suma la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo.