Si este atardecer superfluo
no calma tu sed de trascendencia
arría las velas de tus manos
para que mezan el pan entre la lluvia,
en este eterno invernadero
que hemos construido
no hay suficiente empalizada
para un corazón sobrepasado.
Boris Rozas, del libro "Invertebrados", año 2014,
I Premio Internacional de Poesía "Pilar Fernández Labrador".