Quiero alabar una iniciativa ciudadana que se está mostrando ejemplar, la surgida para defender el Parque de Garrido. Este sufrido espacio, hoy deforestado y destruido, fue durante muchos años prácticamente el único público y verde del Barrio de Garrido (y Bermejo). Aunque este barrio se convierte en el más poblado de la ciudad con el desarrollismo español iniciado en los 60, se olvidaron entonces de los necesarios equipamientos.
Nunca ha sido un parque ejemplar, tampoco excesivamente frondoso, y tuvo tiempos mejores que los últimos años (algo que seguramente no volveremos a ver). Pero durante mucho tiempo fue el principal lugar de encuentro ciudadano de Garrido, y espacio de juegos. La desidia y el abandono municipal ayudaron a su paulatina postergación, también por la aparición de otros espacios públicos dentro y sobre todo en el entorno del barrio.
El hoy agujero municipal para enterrar coches, a pesar de existir lugares más idóneos debajo de las avenidas que rodean el barrio, provocó cierta movilización social para defenderlo. La estupidez e ignorancia del poder y la clásica miopía y papanatismo salmantino, convirtieron ese propósito en imposible, pero no cejan en su empeño. El movimiento camina hacia su posible conversión en Asociación Vecinal, con una iniciativa fantástica: conseguir la participación de los vecinos en el diseño del futuro parque (que es de suponer que reaparecerá sobre el aparcamiento, aunque difícilmente con sombra). Nos piden a todos que participemos.
Promueven su idea desde http://www.tuparquedegarrido.blogspot.com.es/, pionera en esta ciudad pero no en otras. Aunque pocos, existen ejemplos en España. No es que el ciudadano común, ese que sólo ha de sostener económicamente al Ayuntamiento y no preguntar, se meta a ingeniero o arquitecto para aumentar el paro de estos. No, en absoluto. Sencillamente participan en la medida de sus posibilidades, proponiendo ideas, junto a los profesionales que las convierten en realidad legal y segura.
Para variar, Cataluña está en la vanguardia. Por poner algún ejemplo, en 2001 en Granollers unos niños, sí niños, junto con técnicos municipales, diseñaron un espacio perdido reconvertido en exitoso parque de juegos junto a su colegio. En 2009 en Sant Adrià de Besòs participan los ciudadanos en el diseño de una plaza pública. Esta primavera pasada, niños de El Prat de Llobregat propusieron el diseño del espacio público donde está situada la entidad ciudadana a la que pertenecen.
Y en el extranjero hay muchos casos de participación ciudadana en el diseño de calles, plazas, parques e incluso áreas residenciales. Lo curioso del caso es que acostumbran a resultar más baratas que las promovidas directamente por las autoridades. Y suelen estar mejor cuidadas, es de suponer que por la implicación de esos ciudadanos que luego utilizan los espacios.
Esto es una forma completamente diferente de entender y vivir la ciudad, y la política. No sólo hay que aceptar sin más la calle como la crean para nosotros, con mucha granitosis aguda y calvicie vegetal o epidemia de asfalto, tal y como hacen los salmantinos. También hay que querer y poder participar en su diseño y gestión, hacer la calle de verdad nuestra, en auténtico espacio para vivir y encontrarse los seres humanos. Conseguir que la ciudad sea de todos y para todos. E insisto con los niños, tienen mucho que decir para conquistar una ciudad de verdad habitable, humana y sin humos y malos rollos. ¿Se habrán enterado en el Ayuntamiento de esta iniciativa de Garrido?, ¿y los demás salmantinos?