OPINIóN
Actualizado 26/11/2014
Elisa Izquierdo

Algo no va bien. Estamos gastando energías y echando fuego por la boca. Pero como siempre la inversión no es rentable y acabamos quemados. Pasan las semanas y  ya nada sorprende, cada cual una reprogramación de la otra y vuelta a empezar,  vuelta a la rueda que nos deja exhaustos aunque no adelantemos nada. Y es que agota, agota ese 'hoy me levanto porque me lo dice el despertador, que si no, de aquí no me movía' Pero ese soniquete parece reírse de tus ojeras y del sueño que acaba de interrumpir. El trabajar por trabajar y  el estudiar por estudiar nos está convirtiendo en autómatas. Como ya dijeron algunos economistas el 'capital humano' y el trabajo se están tornando una mercancía más. Quien dice mercancía dice objetos, mas por definición los objetos no sienten ni padecen. Pero claro, eso a quién le importa si solo somos una pequeña parte de ese proceso gigante. Tan gigante que nos controla a sus anchas y de él dependen nuestra tranquilidad e incluso nuestra dignidad como personas, nuestro esfuerzo y nuestra motivación.

 Luego  nos piden que nos sintamos especiales, que aprovechemos nuestras aptitudes y que no perdamos oportunidades. Si lo haces mal no vales y  si lo haces bien tienes que hacerlo mejor. Lo de la creatividad ha pasado de moda, o de dimensión,  eso es para los niños, o para los artistas, o para los poetas que recitan en un garito para cuatro gatos a las diez de la noche. Que es mejor aprenderse el discurso de memoria porque eso es inteligencia, ¿discursiva? pregúntaselo a Platón, a lo mejor él tiene la respuesta. Desde luego en dialéctica no estamos para presumir, sobre todo en el vacío que dejan esas preguntas existenciales que nadie contesta porque no interesa. Lo que interesa es hacer como si nada, y mientras la gente se manifieste y los de arriba digan que estamos prosperando podemos seguir soñando despiertos. Que ya vendrán, o no, tiempos en los que se valore algo más que la media aritmética. Nos va a estallar el hemisferio izquierdo del cerebro de tanto usarlo mientras el derecho se está oxidando. Tanto hablar sin decir nada y vomitar palabras desconociendo su significado. Que no nos vendan la moto, una cosa es talento y otra disciplina, quien  no lo diferencie es porque le falta alguna de las dos. Aun así parece que eso también puede comprarse, pero hay quien no llega a fin de mes y a mí no me salen las cuentas.

Mientras haya algo que hacer aunque sea para decir 'estoy ocupado', estaremos madurando y siendo adultos, lo seguiremos llamando razonar. Y callarse está bien, escuchar mejor, y decir lo que no sientes es de matrícula. Cabeza fria y pies de plomo, que la vida es un juego, o eso nos han estado contando. A los crios déjalos que sonrían ahora que pueden y si te preguntan qué le pasa al mundo dales una chuche. 

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