¡Qué risa, oye!
Pues no van y nos dicen que Isabel Pantoja, viuda de España, corrupta de Marbella, no gozará de beneficio alguno en relación a otros presos.
¡Qué risa, oye!
Y yo que pensé que eso de escoger presidio era un privilegio, que eso de disfrutar de celda individual era un privilegio? Menos mal que ahí están gobierno y Justicia (sic) para sacarme de mi error y demostrarme que el famoseo no goza de prebendas, arbitrariedades o cosas oscuras de esas que nos imaginamos los malpensados.
¡Qué risa, oye! Saber que Bárcenas o Blesa (cuando estuvo) pudieron escoger menú, tuvieron acceso a economatos y se sintieron libres (aunque entre rejas) para hacer cosas que a otros les están vedadas.
¡Qué risa, oye!
¡Qué risa que también haya cárceles con barrotes de oro, cárceles construidas con nuestro dinero y que pagamos todos!
Y qué suerte Pantoja, qua ha ido a dar con sus huesos a una de ellas.
Y qué pena pensar en los García, Pérez, Hernández? que ni les llaman Blesa, ni tienen por apellido Pantoja.