Parece como si la tierra que pisamos se hubiera vuelto resbaladiza, o como si una marea negra amenazara con tragarnos. Vivimos sin certezas, como si la incertidumbre se hubiera instalado permanentemente en nuestras vidas. Estamos, estoy de asombro en asombro, de indignación en indignación a riesgo de acabar en una mudez paralizante pues uno de los problemas de esta sociedad contemporánea es que no se cuestiona nada, no se mueve por nada.
Hace una semana que mandé mi anterior artículo y tengo la sensación de que ha pasado un mes y es que los días ya no tienen 24 horas, hay que estirarlos para que quepan las múltiples sinrazones, las asquerosas sorpresas con parecida temática pero variados e inusitados protagonistas.
No hace un mes me parecía muy esperanzador que en casi todos los partidos aprecieran caras nuevas, caras jóvenes más propicias a una renovación. Pero este sentimiento alentador se ha ido desvaneciendo ante la embestida de una bestia casi apocalíptica que ha barrido nuestro mapa; una carabana incesante de los que ayer "intocables" por su poder o riqueza, hoy desbordan mierda y corrupción; a los que un pueblo casi enlodado por el barro que nos ahoga, pasó del enaltecimiento a la denigración. Pero no nos movemos.
Y me hago preguntas al modo manriqueño: ¿Qué se hizo del rey Puyol? De los encumbrados Blesas, Granados, de los infantes del Nous ¿qué se hicieron? ¿Y qué de tanto galán, de tanta invención como trujeron?
Eran los más notables en los estamentos del poder y del dinero: Estado, Gobierno, Autonomias, provincias, pueblos, bancos. Pero se levantó la alfombra por una esquina y como cucarachas salieron enchorizados, imputados, enchorizados, imputados. Con toda su negrura encima ? qué caras- negaban lo evidente, luego la amortiguaban: "ellos si pero yo no", para pasar al día siguiente al "yo también, pero menos" y los atenuantes inventados..; acababan al tercero día en tribunales o en la cárcel, algunos inexplicablemente, por poco tiempo. Pero no nos movemos.
Esta marea negra podía haber acabado lavada en lejia, en blancura de comunión. Pero no, ni asomo de contricción, confesión, propósito de enmienda, confesión de boca y satisfacción de obra, ellos que saben el Astete de memoria y siempre se enmaridaron con los representantes del "poder divino".
Y al pueblo que ya no se si es grande o pequeño, si honrado o menos, inteligente o ignorante -porque como el espeluznante Ébola, todo se contagia- lo noto "indignao pero pasmao" como yo que soy pueblo, con mucha palabra de café o bar, de tertulia, pero quedando demasiado trecho del dicho al hecho. No nos movemos.
A este enmarañamiento se sumó la embestida Más intensa del soberanismo catalán, del rey Arturo. "¡Con la que nos está cayendo!"- dicho popular- ¿se puede pensar o soñar, tramar un desgarro a nuestra piel taurina de su muñón nororiental que limita al Norte con Francia, igual que Pamplona, Zaragoza, Huesca; al Sur con Teruel y Castellón, al Este con el Mediterraneo, Mare Nostrum, mar de mucha España, mar de todos los españoles?. Pero es que además, para más inri, desde hace tiempo, también lo habitan muchos castellanos, gallegos, manchegos, murcianos, andaluces, que entregaron su juventud y su trabajo para levantar la industria, que casaron hijos e hijas, que de vez en cuando les puede la nostalgia del pueblín de su nacencia y con los ahorros, se han comprado aquí su casita de vacación y paisanaje. Señor Rey Arturo, deje sus sueños o lo que sea ese ébola separatista, que lo que una concertada inteligencia requiere y busca ahora es limar diferencias y promover unión de pueblos, de civilizaciones, de confesiones, para una Paz duradera. Seguimos sin movernos.
Los partidos que parecían empezar una regeneración, también se tambalean porque nacen brotes nuevos con las propuestas que el pueblo siempre ha necesitado y querido. Déjense de "bipartidismos" que a fuerza de alternar, se van pareciendo y omitan descalificaciones, que es feo y poco elegante; vuelvan a las humildades de sus orígenes pues re-generarse significa volver a nacer. ¿Por qué se consideran dueños de todo el sitio? Ya que en las crecidas no se han hecho humildes, aprovechen el decrecimiento para bajar del pedestal, que mantenerse arriba da vértigo, y aprendan esa virtud tan necesaria para el respeto a todos, para la convivencia con todos. No piensen ni definan, a lo Rajoy, como "estrafalarios" a los partidos que estaban fuera del bipartidismo.
A Pedro Sánchez no le tiene que preocupar Podemos ni IU, sino regenerar a su partido, entusiasmar a sus militantes, situarse de una vez en la izquierda. Ni Podemos ni IU deben tener la mirada puesta en el PSOE para aprovechar su desinfle y arañar sus votos. Tienen que crecer los tres, desde sí mismos, dando alternativas humanas que entusiasmen y cumplan y, si es necesario, unirse alguna vez para crear una España nueva para los españoles que ya se lo merecen.
Que "Podemos" emerge, bendito sea, déjenle crecer como a todo bicho viviente y traten de imitar lo bueno que tenga y que quizá los otros han perdido. En la vida unas veces nos toca ser maestros y otras discípulos y el pueblo que lo es de ambas cosas, sabe leer y le gusta lo sencillo, lo ejemplar. También corrige y da premios y castigos. Si Podemos nos salva, también se salvarán el PP, el PSOE, IU, el UPD, Ciudadanos?,porque nos tenemos que salvar todos y siempre le toca a uno dar el empujón.
¿No han aprendido ya que la vida da muchas vueltas? Pues estamos en esa ruleta y ni la estirpe ni el dinero o el poder "consolidados" son para siempre. La gente toda, la gente de los partidos, a veces está demasido entretenida con la estructura, los cargos, las Asambleas, las Convenciones? y se olvida del por qué y para qué nacieron y también de que todo lo contingente puede morir.
Esta claro que ante esta marea negra se ha extendido una nube de excepticismo y quizá de impotencia o nihilismo. Hablamos mucho de la pérdida de valores y de que hay que recuperarlos pero nos falta su redescubrimiento en la practica y el compromiso, nos falta mucha reflexión personal y colectiva, lectura, silencio, amistad real. Coleccionamos cientos de amigos virtuales del "me gusta" que no nos causan ningún problema. Cada vez hay menos personas dispuestas a dar su vida por algo o por alguien.
Quizá hemos perdido la confianza en nosostros mismos y cedemos porciones de libertad a cambio de seguridad, Acabo con Zigmunt Bauman: "El único escepticismo que podemos adoptar es aquel que se acompañe de lucidez, y en modo alguno de una actitud nihilista o cínica. El escéptico lúcido es aquel que no cierra los ojos a los síntomas de la época, pero que no pronuncia una sentencia de muerte". Y dejar de ser sólo expectadores del mal para pasar a luchar con otros porque siempre servirá lo que hagamos por los demás.