Nadie quiere ser feo ni tener el tipo desgarbao ni ser torpe en el hablar, lo que priva hoy es la buena presencia, porque abre puertas y facilita las cosas. Es creencia de que, donde está la virtud, es en la elegancia, en la apariencia externa y en el músculo: así es de golpe, a primera vista; y así se hace ver en la pequeña pantalla. Lo demás es masa, intranscendencia y vulgaridad: hombre común; pero, a pesar de estas evidencias, me he dado una vuelta por el refranero y me he dispuesto a escuchar qué dicen las viejas tras el fuego de estas cosas.
De pronto, sentencian: "La belleza atrae, el talento retiene y el corazón sostiene", o sea, que concluyen que es cierto que la belleza llama la atención de pronto, pero opinan que lo importante es ser inteligente y bondadoso. Y siguen en sus trece: "La hermosura poco dura". "Ninguna maravilla dura más de tres días", aunque reconocen que la guapura deslumbra sólo con verla y es poderosa. "Cuerpo bien hecho, no ha menester capa". Remachan su convicción diciendo que "Vana es la hermosura si, con ella, no hay virtud".
Y les echa una mano Jorge Manrique con aquella copla que dice:
"No os fiéis, damas fermosas,
en beldad ni fermosura,
que en vos haya,
porque sois como las rosas,
que muy presto su fermosura
se desmaya".
aportillan con un recao para las señoras de altos copetes, que se lo creen: "Belleza a los sesenta, dolo es del diablo".
Y se enzarzan en la disputa de lo hermoso y de lo feo, y espeta una: "Más vale feo y bueno, que hermoso y perverso". Y sigue la retahíta: " La suerte de la fea, la bonita la desea". "No hay fea sin gracia, ni guapa sin falta". "Ni hermosura sin pero, ni fealdad sin algo bueno". "Fea graciosa vale más que guapa sosa. " La belleza y la tontería van siempre en compañía".
Ante tanto asedio, medio yo: "Ni moza fea, ni cárcel que alegre sea"."Más fuerte es la hermosura, que la piedra más dura". "Todo se pega, menos la hermosura". "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda".
¡Ojo!, hay que tener presente lo de la belleza artificial: "Afeite en la mujer y cielo aborregao, duran lo que un nublao". "Compuesta, no hay mujer fea". "No hay hermosura sin ayuda".
El refranero fija la belleza y la fealdad en la mujer, y, apenas, se centra en el hombre, salvo excepciones: "El hombre y el oso cuando más feo más hermoso", por aquello de que lo feo y peludo es reflejo de virilidad.
Pero esto de la belleza y la fealdad es relativo y cambiante: "Sobre gustos, no hay nada escrito". "No es hermoso lo hermoso, sino lo que nos parece a nostros". También depende de la época; antiguamente, el toque blanquecino era el ideal de la belleza; en cambio, hoy ser impone el tostao o el moreno; antaño, se identificaba el concepto de belleza con la gordura: "Dame gordura, y os daré hermosura", "Donde hay flacura, no hay hermosura", "Carne sobre hueso relumbra como espejo".
'Hoy, sin embargo, se considera guapo la talla treinta y cuatro". Y díselo a los padres: "A nadie le parecieron sus hijos feos".
Y a la amada: "Quien feo ama, hermoso le parece".
En el amor, no tiene cabida la fealdad: "No hay amor feo, si es querido con deseo", "El amor es ciego".
En resumen: "Nada es verdad ni es mentira, todo es según el cristal con que se mira''.