OPINIóN
Actualizado 13/11/2014
Alberto López Herrero

Desde que un exsindicalista se negó a dar explicaciones en un parlamento autonómico sobre el millón largo de euros que investiga la Fiscalía Anticorrupción tras regularizado en la amnistía fiscal del Gobierno, no paro de preguntarme si no serán los cuerdos los políticos y los banqueros y el resto de nosotros los confundidos y delirantes.

No es para tomarse a broma la enfermedad, porque existe y tiene su complejo tratamiento, pero suena a chiste entre tanto Dinio de la política como hay hoy en día que lo que les confunda no sea precisamente la noche, como al cubano, sino el dinero en sus diferentes usos (lujo, viajes, cajas b, tarjetas opacas, evasión de capitales, empresas ficticias, cursos de formación, subvenciones, comisiones, dietas?).

A mayor responsabilidad, más poder, más caprichos, más soberbia, más lujo, más enriquecimiento, más impunidad? y menos capacidad para discernir lo que está bien de lo que está mal. Imagino que cuando se pierde la noción de la realidad será suficiente con decirse a uno mismo que "lo hacen todos", "que nadie se va enterar" o, en el peor de los casos, poner cara de bueno ante el juez (si lo pillan) y echarle la culpa a otro o asegurar que "no sabía que robar era malo" (no con estas palabras, claro).

No sé sabe quién será el próximo ni por qué motivo será señalado, acusado, imputado o detenido, pero que muchos están temblando está claro. Eso sí, siempre se declararán inocentes y, a mayor rango político o empresarial, más tiempo en libertad, no falla.

Ahora ya puedo decir que había escrito este artículo enumerando sólo a los imputados por casos de corrupción política y empresarial en los últimos años, nombres y apellidos separados por comas, pero eran tantos y tengo tan acentuado el síndrome confusional, que he sufrido un brote de compasión por considerarlos víctimas del sistema y los he borrado...

Por cierto, del otro síndrome confusional del momento, el de Artur Mas y su éxtasis tras el fracaso del simulacro de pantomima en Cataluña no me pronuncio a la espera del diagnóstico médico? y judicial. Pero lo de querer sentirse diferente y especial sin motivos fundados ya lo intentó Michael Jackson y no le fue bien?

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