Año de 2168. En los sótanos de la Generalitat, dentro de una caja y arropado por una bandera independentista catalana que al parecer data del período de la Gran Francachela, ha aparecido un cadáver momificado.
Según las primeras estimaciones, lleva allí más de 150 años.
Es noticia de contraportada en el holográfico mensual 'Catalonia Geographic'.
En un lenguaje conciso, se detalla como unos arqueólogos del cantón de Vic, que se habían desplazado a la capital de Vallés oriental para exhumar los restos del Molt Honorable President Artur VI, han encontrado por casualidad los restos humanos mejor conservados de la era del homo corruptus.
La momia, porta en su mano derecha un papel, casi ya desintegrado, pero en el que aún se aprecian dos cuadros con las letras Si y Si en ambos espacios.
Posteriores investigaciones en el Instituto Anatómico Forense 'Camarada Oriol', han descubierto como en el cadáver, y a pesar del siglo y medio transcurrido, se pueden apreciar restos una bebida alcohólica que se bebía por aquel entonces conocida como cava.
Así mismo se ha encontrado un documento de identidad, en la misma caja, y donde figura Marcelino Hidalgo Toledano como titular del documento y que, al parecer, eran el nombre y apellidos del acartonado homínido, natural de Utrillos del Jerte.
Forenses especializados en muertes repentinas y que ya investigaron el caso del 'rajoy incorpóreo', tratan de desentrañar las causas del súbito pasmo que le sobrevino al ahora disecado catalán, pero todo les lleva a sospechar que una gran impresión fue la que le tuvo que llevar a tal desenlace.
Además de los restos de la bandera, los signos de la ingesta de cava y el documento de identidad, se ha encontrado la que podría ser la clave del enigma: una fotografía digital parece que tomada en los últimos momentos minutos de vida del ciudadano Marcelino, en la que está cogido por el hombro con Mas I el Grande, y en la que se aprecia tras ellos un joven que está poniéndole los cuernos al Honorable.
Indagando en archivos de la época, se ha averiguado que este joven, ubicuo y omnipresente, era conocido como 'el pequeño Nicolás'.