Buenas tardes Carmen, donde quiera que esté, a buen seguro ya no es un lugar entre lirios de jardines nobles, ni de rosas de pitiminí, ni de jazmines menudos y aromáticos, tampoco tendrá la fría camelia de nuestra querida tierra, pero allá por la senda donde cada media mañana repita su paseo diario, a buen seguro seguirá alegrando los ojos puros, libres del DON DE LA ENVIDIA, sus perfumes (si aun le quedan resquemores y heridas) otean aromas puros, sinceros, bálsamo a las heridas mundanas que pueden quemar su espíritu.
Seguro que éste verano le habrán llegado frases de cumplido, y pocas autenticas como las perseidas vi en el cielo de nuestro querido Portugal. Con mis letras solo deseo que charros y gallegos no olviden a la Carmiña, a la Carmen glamurosa que lentamente paseaba con su boina nuestras plazas y calles.
La "dama de ventana" aun sigue visionando quien circula, quien pasea por la Plaza Mayor en sus diferentes horas, así es nuestra ciudad ?diferente- desde la mañana hasta el anochecer, no olvide los recuerdos de su tierra paterna la bruma de romerías, plazuelas, calles y caminos para llegar a Piñor, en la tartana - coche de línea-, preñados de aromas a dulces anisados con sabor a fiesta, alboroto de mozos y mozas? ¡los recuerdos aun se amontonan! me susurra el viento otoñal que se pierde porque las calles,¡ han cambiado los nombres!, -dice casi sin voz- en la hoja desprendida del álamo, no se preocupe Carmen, los vientos forman remolinos políticos, recuerda que en Galicia cuando surgen estos fenómenos se dice:" hay reunión de meigas", pues política y meigas son muy parecidos, D.Vicente Risco aquella tarde en qué seguramente los asuntos mejor o peor gestionados en Madrid le habían devuelto a Orense, pensó? haberlas ailas, no se entristezca, deje volar su melena bajo la boina del color que? hoy la plazca, es otoño y con cualquier cromo del arco iris estará-fascinante-.
Pronto la campana dará horas y el reloj de la Plaza estará lleno de estudiantes y no estudiantes-otra tarde nos damos cita bajo el "balcón del Ayuntamiento".
¡Oh Salamanca! cierro los visillos porque la noche llega y atrás quedó la hora de las señoritas del vermut, los pequeños que aun lucen nuevas sus carteras y dan con sus gritos y llantos vida naciente a una ciudad dormida, los universitarios ?alguno- medio desorientado llega a la ciudad de la piedra dorada,cosmoplita y multicolor.
Dan las doce en el reloj del cuarto de atrás, es hora de retirarse de dejar caer gotas de tinta sobre el folio de restañar heridas y seguir soñando. Algodones de silencios lleva cada estrella que se acerca a visitarla en La Plaza de los Bandos y le da las buenas noches, estimada Carmen, regrese pronto al lecho cálido entre salmodias universales. Buenas noches Carmen, un día quedamos y comentamos como alguna flor con aroma a reliquia se posa tímida sobre las páginas de su libro de piedra.