El presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras, lloró hace unos días como mujer (perdón por el concepto machista) lo que no ha sabido defender como un hombre (como un hombre inteligente). Como si fuera un mal imitador de Boabdil, aquel que entregó las llaves del Reino de Granada tras la derrota con las huestes castellanas, el alcalde de San Vicente de los Huertos hizo el ridículo al pedir con los ojos llorosos y un hipo propio de una plañidera el referendum ya por la independencia de Cataluña, como si eso fuera un juego.
De verdad, ¿a qué juegan los dirigentes catalanes?: Ellos saben perfectamente que las reglas del juego no se pueden cambiar así como así, ni con razón ni sin ella. Puede que Mariano Rajoy sea una seta inexpresiva y que no acepte el diálogo, pero es que el único diálogo posible es el cambio de la Constitución, y eso exige acuerdos, tiempo y negociación. Lo demás es por las malas, y por las malas los catalanes saldrían muy mal parados. Que se dejen de coñas marineras y actos festivos y lúdicos, dijo el otro día en Onda Cero el exsecretario general de CC.OO., Feliciano Fidalgo, un tipo serio, recto y razonal. "Que se dejen de festividades que esto es muy serio y puede un día empezar una fiesta nada festiva", vino a decir.
Artur Mas y compañía son una pandilla de irresponsables, por mucho aplauso nacionalista e independentista que tengan, por mucha V de victoria y de votar que hagan. Saben que como buenos demagogos se sienten amparados por la situación de crisis y la confusión general que existe en la población; una población que tiene comido el coco y que de verdad se cree que separada de España sería más rica, vamos que vivirían en una Arcadia feliz.
¿Se puede ir más en contra de las opiniones de los expertos europeos, financieros incluidos? ¿Acaso ha tenido culpa Rajoy de las administraciones desastrosas de Narcís Serra y compañía de las cajas catalanas?.
El 9 de noviembre (ayer) fue una jornada frustrada, generadora de más confusión, como tantas otras veces. Esos líderes políticos se creen que esto son unos juegos florales. Y de eso nada. La Unión Europea es una realidad muy seria, y para Cataluña sería una hecatombe estar fuera al menos durante muchísimos años. Ni el Barça, con todo lo que es y supone, tendría sitio en la Liga de Fútbol. Porque en España no, pero es que en Francia, tampoco. Y quienes digan lo contrario mienten como bellacos.
Pero lo del Barça sería una anécdota en relación con lo que le sucedería a las empresas catalanas que con esta crisis tienen mucho frío, pero es que si se independizara Cataluña estarían heladas. Eso ni lo dicen los líderes políticos ni lo piensan los ciudadanos catalanes que se llenan de patriotismo barato, olvidando la historia, o desconociéndola, que todavía es peor.
En Cataluña nadie explica la historia común, de la que muchas veces se ha beneficiado Cataluña. (Que me digan cuánto supuso económicamente para Cataluña a lo largo de siglos el descubrimiento de América, hecho propiciado por Castilla con dinero de Castilla). La historia no comienza cuando quieren unos pocos, y más si sólo se pone en antena (en la TV3) una historia revisada y revisionista al gusto, lo que tanto convence al pueblo llano. Esa televisión casquivana sí que es un problema. Y también el resto de los medios de comunicación que viven del momio de la Generalitat y se prestan a tergiversar la realidad. La mentira y la verdad a medias es lo que está llevando a un ambiente irrespirable que, antes o después, va a pagar el propio ciudadano catalán. Al tiempo.
Por supuesto que los catalanes pueden estar descontentos, convencidos como están que España les roba y que ellos pagan en las autopistas y los demás no. ¿No recuerdan que ellos tenían autopistas cuando en Extremadura o Castilla y León había caminos de cabras?. ¿Sólo se analiza una parte del todo?. Eso no vale. Tampoco se preguntan quién ganó más en otras etapas históricas. ¿Saben que en Zamora y Palencia sólo se hacían mantas porque una ley protegió a la industria textil catalana? ¿Se olvidan que hasta Franco les protegió y creó allí más industria que en ningún otro sitio de España?
Están convencidos de que tienen derecho a decidir. ¿Y qué es eso? Es que quiero que me lo digan, que a mi, por ejemplo, me encantaría tener derecho a decidir que mi pueblo, Cañizo, pudiera formar parte de Argentina. Pero no me dejan, coño. Y es que los catalanes obcecados se olvidan que el Valle de Arán quiere seguir siendo español, y otros pueblos mañana intentarían desgajarse de Cataluña. ¿ O es que esos no tienen el mismo derecho a decidir?
Las reglas del juego siempre son para todos, en todo momento y lugar. Lo demás no sirve. Al margen, claro está, de que las autoridades catalanas tengan tan mala memoria y se olviden, por ejemplo, cuando el rey Juan Carlos le dijo a un ya corrupto Pujol "tranquil, Jordi, tranquil". Malo es olvidar pero peor mirar para otro lado.
Cataluña necesita más voces sensatas como las del presidente de Freixenet, José Luis Bonet, quien el otro día en Madrid dio las claves en un foro en el que se hablaba de comercio exterior: "exportación, Barcelona, Cataluña, España". Pues eso. Servidor este año se va a poner tibio de cava Freixenet. A la salud de Carod-Rovira, uno del Tripartito que llevó a Catalunya a esta situación. De eso, y del 3%, y del clan Pujol? ¿tiene culpa el resto de España? Coño, que los catalanes son gente sensata (seny). Esperemos que la normalidad vuelva por donde debe.