Como primer artículo de este nuevo columnista, agradecido de SALAMANCArtv AL DÍA, para hablar de emprendedores, autónomos, empresarios, en definitiva, de economía del día a día, el primer apunte: "No sabe más el que más cosas sabe, sino el que sabe las que más importan." Como buen aprehendedor, tomo esta frase de Bernardino Rebolledo para abrir la tertulia de economía doméstica con la que pretendo irrumpir ante el elenco de columnistas de esta sección.
Vamos a desayunar un diamante para motivarnos. Pensemos cada día que acabamos de crear algo nuevo, distinto, algo que los demás pretendemos que aprendan, aprehendan, deseen o compren. La motivación de un emprendedor o está así cada despertar o no va a conseguir nada. Pero no lo dejemos sólo, compremos su diamante. Ante el emprendedor, un comprador. Valoremos su producto, no mermemos su valor ni desconsideremos su esfuerzo.
Mis líneas no tratarán de grandes cifras económicas, de análisis macroeconómicos o datos estadísticos sociales o económicos, de críticas despiadadas contra un personaje, si no a favor del apoyo al esfuerzo de los emprendedores, ya sean jóvenes o experimentados. De lo que estos necesitan a pie de calle, viviéndolo en primera persona y contando en modo reportaje lo que muchos vienen a narrar cada día de lo que pasa en la calle, económicamente hablando. Tratar de recoger de la calle y articular expresiones que uno recibe como "En España es más fácil robar que montar una empresa", "se mueve más rápido el dinero en un despacho de una administración que en una partida de póker" y otras perlas que la sabiduría popular maneja en este país.
En definitiva, abrimos el telón con un gran reto por delante. Que brille.