OPINIóN
Actualizado 05/11/2014

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define tarjeta como aquella pieza rectangular, de cartulina o de otro material, que lleva algo impreso o escrito.

Existen muchos tipos: tarjetas SIM, tarjetas de crédito, tarjetas turísticas, universitarias, de embarque, de identidad, regalo, amarillas o rojas en fútbol, azules en fútbol sala, de visita, de socio, sanitarias, de fidelización, de transporte público, criptográficas, de débito, opacas ? y otras tantas que se me olvidarán.

¿A qué adivinan en las que estoy pensando? Exacto.

Creadas en 1994, aunque no registran movimientos hasta 1999, las tarjetas "opacas" de Caja Madrid han ocupado el indignado pensamiento de muchos en las últimas fechas. 86 altos cargos, ochenta y seis, recibieron una tarjeta entre 2003 y 2010.

El 95 % de estos sujetos que han venido disfrutando del crédito que otorgaban, aún no han devuelto el importe total detectado por los informes de auditoría de la financiera. Se deduce entonces que, sólo 4 personas, que representan un 5% de las 86, han cumplido con lo mínimamente exigible. Otras 4 personas nunca las llegaron a utilizar. Curioso.

Supongo que este hecho es fiel reflejo de la sociedad española actual. Este acontecimiento está directamente relacionado con la calidad humana y la crisis de valores instalada en los ciudadanos este país.

Es sabido, puesto que diversos estudios lo demuestran que, cuanta mayor riqueza es capaz de poseer un Estado, menor impunidad existe en los delitos que en él se cometen. ¿Esto qué quiere decir?, se preguntarán. Que debemos reflexionar acerca de la situación económico-social en la que se encuentra España, y en la que estamos inmersos todos nosotros. Pues parecen muy lejanos los principios básicos de igualdad, fraternidad, buena vecindad, responsabilidad ciudadana, justicia, ética, moral ?

Se deriva de esto que la ciencia del derecho en sí misma, así como los profesionales que directa o indirectamente se dedican a ella, tienen mucho trabajo por delante, pues existe, como desgraciadamente vemos a diario, "demasiada tela que cortar".

Desde aquí, animo a las personas que componen los órganos que destapan e investigan este tipo de asuntos (Periodistas, Fiscales, Técnicos de la Agencia Tributaria, Inspectores de Hacienda, de Trabajo, del Banco de España, Jueces y Magistrados?), a que no desistan y sigan trabajando con ilusión en lo que hacen, a la vez que intento animar al resto de la sociedad a que crean en ellos. A las administraciones les pido que potencien los medios instrumentales que utilizan en su día a día para que entre todos consigamos un horizonte sano y limpio de alborotos, en la que la máxima de todo dirigente sea aquello que dijera Sancho Panza en El Quijote: "Yéndome desnudo, como me estoy yendo, está claro que he gobernado como un ángel".

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