OPINIóN
Actualizado 02/11/2014

Bienvenidos a mi mente, donde la reencarnación ocupa todas las portadas de los periódicos locales

Un año más, hemos podido celebrar la festividad que honra a todos nuestros familiares, amigos o conocidos ya fallecidos... El día de todos los Santos.

Yo, como ya deben saber, no voy a hablarles sobre flores, cruces, rezos y plegarias, ¡Faltaría más!

En su lugar quiero proponerles que viajen conmigo a mi mente, que se introduzcan en mis pensamientos deshilvanados y alocados sobre la existencia y que, a ser posible, aporten más y más ideas que poco a poco se vayan adheriendo a la tremenda madeja de pensamientos existenciales que ya me ha quitado el sueño en más de una ocasión.

Igual hay suerte y sacamos una conclusión vital en esta ocasión, aunque suene demasiado utópico...

Bienvenidos a mi mente, donde la reencarnación ocupa todas las portadas de los periódicos locales. No les estoy hablando de una reencarnación cualquiera, digamos que podría ser una segunda versión, en definitiva, llamémosla: "Reencarnación 2.0"

Y yo les pregunto, ¿Por qué no? Me refiero, partiendo de la base de que nada está explicado científicamente, ¿Por qué esta opción es tan despreciada por casi todos? ¿Acaso nos da miedo? ¿Respeto?

En un mundo en el que está de moda la frase "El hombre es el único ser vivo que tropieza dos veces con la misma piedra", yo les pregunto ¿Y por qué no cuatro, o cinco, o infinitas?

La idea del eterno retorno, ¿Quién no ha pensado en ella en alguna ocasión? A mi parecer la despreciamos demasiado pronto.

El ser humano nace, crece, se reproduce y muere, y vuelve a nacer, a crecer, a reproducirse y a morir, ¿Pero igual? No amigos, exactamente igual no, con ligeros cambios despreciables para cualquier mente humana.

La idea de que el hombre se reencarna en otros seres o en otras personas la apartamos, por tanto, ¿Nos reencarnaremos en nosotros mismos?

Y entonces, si nos reencarnamos en nosotros mismos, ¿No lo deberíamos notar?

Según mi teoría, la respuesta a esa pregunta es un NO. Eso es lo apasionante de este entramado de cables opacos que buscan el chispazo definitivo.

Me encanta la idea de que podamos ser formateados, ¿Por quién? No tengo ni idea, pero eso ya es otro tema.

Imaginaos que la metáfora de: "nuestro cerebro es un ordenador que almacena información en su disco duro" fuera verdad y que cada X años nos formateasen.

Me gusta pensar que la naturaleza nos deja pistas y que no nos formatea al completo, dejándonos un 1% de memoria de nuestra anterior vida, perdón, de nuestras anteriores vidas, y nos da la posibilidad de que nos sorprendamos al vivir cosas extrañas que se nos escapan de cualquier explicación. Nos permite tener esa curiosidad, esa capacidad de investigar aquello que no conocemos, que nos inquieta. Me permite a mí, hoy por hoy, dudar y reflexionar, escribir este artículo.

Esa reserva, es nuestro punto de partida, el inicio de una nueva aventura hacia lo conocido, hacia lo finito. Ese mínimo porcentaje es la herramienta para fabricar las tijeras que consigan cortar este enorme ocho tumbado al que llamamos vida.

Esa es mi idea amigos. Espero que la hayan entendido, pues sería una sorpresa para mí que algún demente como yo se manifestase, exponiéndome sus locuras. Al fin y al cabo la unión hace la fuerza, y dos locos que comparten locura serán más locos, pero también tendrán más razón, al menos entre ellos que es lo que cuenta.

De momento yo vuelvo a cerrar mi mente, incitándoles a que abran ustedes las suyas, confiando en que puedan encontrar ese orden del que yo aún carezco.

¡Ánimo y sean muy felices!

Rubén Juy Martín [@ruben_juy_9]

Estudiante

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