"Consumidor de prostitución: Felicidades porque gracias a tu falta de moral sigues haciendo rentable que las mafias sigan capturando mujeres"
" ?a la gente que consume, felicidades porque están enriqueciendo a las mafias, felicidades porque gracias a ustedes miles de niñas y de mujeres en estos momentos están secuestradas para que podáis disfrutar del sexo como queráis... por dios, son seres humanos, son niñas igual que tus hijas, que son madres igual que tu madre, que son tías, abuelas..."
"Quedan muchas más, y los hombres que consumen sexo deberían pensar que están enriqueciendo a las mafias"
Son algunas de las frases que resuenan entre las informaciones de la semana. Palabras desgarradoras de Paloma, nombre ficticio de esta mujer mejicana, víctima de la esclavitud del S XXI, la trata de blancas. Ese delito que consiste en el traslado forzoso y por engaño y/o falsas promesas de estudio o trabajo en un país distinto al país de origen de las víctimas, victimas a las que se les requisa la documentación y se les obliga a prostituirse para beneficio de los traficantes. En resumen, mujeres tratadas como mercancía, atentando así contra los derechos fundamentales.
Resulta estremecedor que se juegue de esa forma con el sueño de la vida de las mujeres, a las que se les ofrecen trabajos de camareras, limpiadoras? cuando en realidad se les aboca con la prostitución forzosa.
Todas y todos tenemos la corresponsabilidad de denunciar estas situaciones estos dramas humanos y de no tener ninguna tolerancia ante esta esclavitud de nuestros tiempos que pone en evidencia una vez más los intereses económicos por encima de los de las personas, a un alto precio.
"No te has puesto a meditar que la siguiente víctima puede ser tu hermana, tu sobrina, tu madre o alguna de tus amigas a las que aprecias".