OPINIóN
Actualizado 30/10/2014
Enrique de Santiago

El 13 de julio de 1997 se generó en Españaun movimiento civil que clamó "Basta Ya", con las manos blancas, en defensa dela vida de Miguel Angel Blanco, con un sentimiento de repulsa y hastío contralos que utilizaban la violencia como instrumento para hacer política.

 

Uno año antes, en 1996, JoséMaría Aznar alcanzó la presidencia del gobierno con la bandera de la regeneración ética de la política y con la promesa de superar la etapa socialista de ponzoña y corrupción que ya asfixiaba a la sociedad Española.

 

Años más tarde, el movimiento que exige lalimpieza de la política y el clamor de "basta ya" se dirige contra todos los políticos, en un nuevo movimiento civil ciudadano que nace el 15-M y se ha ido enraizando en la sociedad en dos corrientes políticas: una de gran dimensión mediática y ascenso espumoso, y otra a la que no se permite su exposición pública, y de ascenso lento y parsimonioso. Uno de izquierdas y otro dederechas, uno que defiende la vuelta a la caverna, superada, de que la violencia es un instrumento legítimo en la política, y otro que aspira a un gobierno de libertades.

 

En este punto, lo único cierto eindiscutible es la asfixia social que sentimos todos por unos políticos con las manos manchadas, que nos engañan, que no cumplen lo prometido, que sólo se engríen de sus victorias, que nos tratan como si fuésemos perros sin alma y se llevan nuestra miseria para engrandecer sus arcas, en una escalada de basura que, de forma transversal, los mancha a todos, los ensucia a todos y los ennegrece a todos.

 

La sociedad necesita que esto se acabe de una vez, que seamos capaces de regenerar la vida social, política, económica ypública de una santísima vez pues ya no podemos más y comprendemos, aún cuando nunca aceptaremos, que algunos estén pensando en la violencia, en el desastre.      En el paralelismo extremo que estoy utilizando, también, algunos pensaron que la forma de acabar con ETA era con elterrorismo de Estado y, como los de ahora, los que propugnan por la violencia contra los políticos, se equivocaron, se equivocan, pues la vía es la Ley, laJusticia, la resistencia pasiva, la exigencia permanente, pública y efectiva, de transformación auténtica con la Ley, la democracia y el respeto aldisidente.

 

Algunos vendrán, como adalides de la pureza, en pos de su propio sueldo, gritarán yclamarán contra la corrupción, exigiendo su salario. Utilizarán la rapidez mediática para ello y, de forma inconsistente, caerán en lo que denuncian, comole pasó al PP de Aznar que llegó para regenerar y, como vemos, se regeneraronellos y sus bolsillos.          Es preciso un cambio tranquilo, sosegado, urgente, pero sólido. Obtenido desde la coherencia, la aplicación de la Ley, el cumplimiento de las promesas, despacio,con el ejemplo, la tenacidad, la constancia y el actuar diario y no con grandes y efímeras exposiciones,  pues toda la espuma que pronto sube a igual rapidez cae y con mayor dolor, se esfuma.

 

Ya no se aguanta más y es urgente que la política comience un proceso de regeneración,de oxigenación, de purificación y que aquellos que viven, o han vivido de ella,la abandonen, dejando que savia nueva encauce el malestar social dentro de la Ley, del respeto y lejos de la violencia de cualquier tipo.

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