En mi último libro "Esplendor en la hierba?Por un fútbol emocional, sin zancadillas", incorporé unos capítulos sobre "La progresía en el fútbol". Transcribí un relato de un "blog wordpress" titulado "mis cuitas", siento no haber localizado el nombre de su autor: "Desde el año 73 al año 77 en la ciudad de Salamanca varios grupos de personas de edades, ocupaciones, nacionalidades y estados civiles variados ? estudiantes, camareros, profesores de facultad, panaderos, delineantes, curas, trileros, salmantinos, extremeños, asturianos, panameños, venezolanos, colombianos, solteros, casados, emparejados y separados ? organizamos de manera espontánea un campeonato de fútbol a tres, cuatro o cinco bandas dependiendo del momento de la temporada?"
(?) "Cada equipo se organizaba por su cuenta, acudíamos al mismo bar los viernes a tomar cañas, y concretábamos si el sábado había partido y con quién le tocaba a cada uno? A un equipo de los que allí participaban lo llamábamos los demás "Los progres", ya en aquella época, con cierta sorna? Allí jugaban unos cuantos tipos entre los que había poetas, Francisco Castaño, Francisco "Novelty" dueño del café del mismo nombre en la Plaza Mayor, el fallecido Aníbal Núñez; médicos como Benito; orfebres como Paco "El Moro"; y otros dedicados al mundo de la cultura, hoy catedráticos de Universidad de griego o de latín, como Carlos Cortés, que paseaba risueño su Marca diario entre el meollo de la "inteligentsia concienciada"... Los llamábamos "progres" porque nos parecían los más finolis, pero en el campo de barro o tierra seca, según las estaciones (habitualmente alquilábamos el campo de los Padres Paúles en la carretera de Madrid) aquellos tipos se fajaban como el que más. Al acabar los partidos, pasábamos por el bar "Kilómetro CERO" y nos reconfortábamos bebiendo porrones de vino y pinchos poco variados ? tortilla de patatas, boquerones, aceitunas, chorizo a veces ? el mismo menú para los dos equipos pero degustados en corros separados, entre los que aún saltaban las chispas de la refriega previa?"
¿Algún lector de este artículo se reconocerá como protagonista de aquel fútbol entrañable? ¿Era un fútbol de clases sociales o, sencillamente, la pelota igualaba a todos los que participaban? Para mí, aquel fútbol potenciaba la amistad y, por eso, en esta semana 52 que escribo de fútbol en www.salamancartvaldia.com, mi homenaje más sentido por el fútbol que aún nos pertenece, que nos hace disfrutar, aquel modelo debiéramos recuperarlo para jugar nosotros mismos sin intermediarios aunque no nos radien, ni nos televisen, ni nos entreguen "botas o balones de oro"?