Según un estudio realizado por la universidad de Oxford (Inglaterra) retrasar la hora en la que los alumnos de secundaria empiezan sus clases podría resultar en un incremento en su rendimiento escolar. Según la institución académica los adolescentes empiezan a trabajar correctamente un par de horas después que los adultos: son capaces de atender mejor a las explicaciones y muestran mayor grado de concentración en el desarrollo de tareas.
Para probar esta aseveración van a llevar a cabo un experimento con 32.000 estudiantes de más de 100 institutos. Además quieren demostrar como esta medida podría tener efectos positivos en la salud mental y el bienestar emocional de los adolescentes. Y es que cualquiera de nosotros sabe que dormir las horas necesarias de sueño es muy importante para los ciclos circadianos. Un descanso regular de entre siete y ocho horas diarias permite mejorar nuestra memoria, reduce los niveles de estrés y previene de la depresión.
Con lo cual el hecho que un adolescente necesite dormir más, o descansar más, no significa necesariamente que se vago o perezoso sino que necesita más tiempo para reponerse de la actividad diaria.