OPINIóN
Actualizado 10/10/2014
María Fuentes (Fotografías: Pablo de la Peña)

Este país mio, del que estoy muy orgulloso, con sus DEFECTOS y sus virtudes, tiene un aura de insensatez seria, de incongruencia máxima , y de razocinio mínimo , en muchas situaciones .

Una de ella es en la que hoy quiero ahondar, los tan " temidos " ¡Chinos!

 Me asombra cuando empresas del mismo sector de la decoracion, desmerecen el sector chino utilizando para ello las horas trabajadas o el sistema de venta, cuando objetivamente habría que centrarse en la calidad que, algunas , comercializan. Pues su trabajo es encomiable y la única forma de salir del lugar que la vida y la sociedad les ha dejado.

Me sorprende que se critiqué, pero luego se recurra a ellos por precio ( no calidad ), por comodidad o incluso por sobrestock .

Me incómoda , que se quejen,  de la influencia que han tenido en todos los sectores , pero ( como la TV basura ) se consumé aunque  no se reconoce, de ahi la ocupacion masiva , sino no podría ser.

 Y por todo ello , quisiera hacer una reflexión en " negrita" :

Allá por el 2004 comenzaron unas protestas en Elche contra los chinos, que hacían pensar en el último grito del " progreso" : ahora no sólo somos amenazados por los más ricos y avanzados tecnológicamente, sino también por los más "  pobres y atrasados" ( craso error ).La miseria siempre constituyó algo más que una carencia,genera una fuerza de superación, de enfrentamiento con el futuro; pues el pasado ya se sufrió ,que enseña su potencia y fuerza, que proviene de las desigualdades, sea bajo la forma de hecatombes naturales o bajo las grandes acometidas de la revolución.

Pero ahora la revolución no existe, se  ha perdido la estrategia para construir un devenir humano, y en su lugar sólo actúa el MERCADO  para hacer o para deshacer. Ese mercado que egoistamente acptamos y a la vuelta de la esquina criticamos como si del " maligno " se tratase.

 En el mercado, nunca se contó  de tal forma la pobreza exterior. Las gentes sin recursos o exiguos de zonas distantes se convertían en detritus y,perdían entidad mercantil.

 Actualmente,en el imperio de la globalización,los trabajadores  o emprendedores de las naciones más desfavorecidas operan como OBLIGADAS " carcomas"  sobre el estatus de los obreros y empresarios de las naciones ricas ( esos que , a veces nos/se acomodaron en exceso ) .

 Es una revancha social, internacional y fratricida, incluso fuera de la mente de Marx ;cuando se explotaban colonias y  territorios esquilmados con la mediación gubernamental, oficial, tanto administrativa como " moral" y sólo había un aprovechamiento  unidireccional, que circunstancialmente iba en dirección del más poderoso. El país opulento chupaba, sorbía, esquilmaba ,la sustancia del país macilento y lo llevaba hasta el punto de su parálisis o de su extenuación.

Hoy día, la deslocalizacion social, acaba con el seguro de prosperidad que se gozaba en los territorios más desarrollados. En estos días,la globalización ha cocinado tanto al desarrollo como al subdesarrollo en la misma olla y, como consecuencia, han estallado estos raros efectos de la comida-fusión.

Con este paso se ha demostrado que no  sólo el mundo desarrollado puede cambiar la vida de los apocados habitantes del subdesarrollo, sino  que, el mundo subdesarrollado es capaz de empeorar la vida de los desconcertados, acomodados y sorprendidos ciudadanos desarrollados. A estos  conciudadanos y por supuesto me incluyo como desorientado, perjudicado, amenazado..., nos descubre un rostro nuevo, el del miedo, en los países que creímos haber alcanzado el súmmum .

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