OPINIóN
Actualizado 10/10/2014
Natividad Cabezas García


Son muchas las personas que les cuesta desprenderse de objetos viejos, de ropas que llenan su armario y que no se ponen desde hace años. Lo mismo sucede con libros viejos, apuntes de estudió etc.
Esto se llama apego. La mayoría pasan la vida apegados. Cuando se trata de personas, lugares, casas  el tema es más grave.

El sentimiento de apego se adquiere desde bebe y es necesario para tener seguridad, pero a medida que crecen este apego se puede convertir en un gran impedimento para vivir con libertad.

Los apegos son muy difíciles de superar. Es necesario trabajar mucho la emoción para conseguirlo.
Vivimos en una sociedad en la que tener propiedades, cosas, dinero y objetos de toda índole parece que se hace imprescindible. Esto no sucede en otras culturas y sociedades y viven más felices, más ligeros.
He aprendido con el tiempo que practicando el desapego, haciendo cosas tan sencillas como viajar con una maleta pequeña con lo necesario, donar ropa a gente que la necesite, llevar libros a alguna biblioteca, ayuda a vivir más y mejor.


Sin embargo para mi, hay una formula mágica y es despedirse con amor de todo lo que dejamos marchar.
Con las personas es muy diferente, nos cuesta alejarnos, incluso si son tóxicas y nos hacen daño.
Conseguir vivir sin ataduras es una tarea difícil, pero merece la pena conseguirlo.

 

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