OPINIóN
Actualizado 10/10/2014

Cada vez más estudios centran su interés en el llamado índice glucémico de los alimentos y, como siempre en alimentación, en cuanto suenan campanas surgen los reclamos de marketing para destacar las supuestas cualidades nutricionales del alimento publicitado. Supongo que no es un concepto muy conocido así que me permito emplear la columna de esta semana para dar unas pinceladas al respecto.

El índice glucémico (IG) de un alimento es un indicador de la calidad de sus hidratos de carbono y expresa su capacidad para elevar la glucemia posprandial o para generar demanda insulínica. El IG depende de la velocidad de absorción del hidrato de carbono (p.ej., los cereales integrales y las legumbres tienen un menor IG que el pan blanco, el arroz o las patatas). Un hecho destacable es que se ha observado que los alimentos con bajos IG tienen menor tendencia que los alimentos con altos IG a reducir los niveles de HDL o a elevar los de triglicéridos. Sin embargo, el IG se modifica cuando se ingieren varios alimentos a la vez, por lo que actualmente se usa más el término carga glucémica (CG). La CG es un indicador que tiene en cuenta, por tanto, no sólo la calidad de los hidratos de carbono, sino también la cantidad de éstos que contiene el alimento. Puede interpretarse como una medida de la demanda insulínica provocada por la dieta y se obtiene sumando para todos los alimentos el producto de su IG por su contenido en hidratos de carbono. Tanto el IG como la CG se han asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que la ingesta total de hidratos de carbono parece estar menos relacionada con esta enfermedad.

Además, debe tenerse en cuenta que los efectos metabólicos adversos tanto de la alta ingesta de hidratos de carbono como de alimentos con alta CG son potenciados si la persona presenta resistencia a la insulina. Además, el nivel de adiposidad se encuentra fuertemente asociado con la resistencia insulínica. La alimentación de sujetos obesos con una dieta alta en hidratos de carbono se traduce en una mayor hiperglucemia, hiperinsulinemia y en una mayor concentración de triglicéridos que la que cabría esperar en sujetos delgados.

De hecho, los efectos más importantes de una alta CG sobre la enfermedad cardiovascular se han puesto de manifiesto en sujetos con sobrepeso y obesidad.  

Daniel García es el responsable de Olive Nutrición. (www.olivenutricion.com), consulta de nutrición y dietética situada en el Edificio España. Puedes contactar con la consulta para solicitar información o pedir cita en el 923 282010 o en el 633 035 210.     

 

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