OPINIóN
Actualizado 25/09/2014
María García

La consecuencia de la Ley antitabaco y la presión de algunos hosteleros han disparado la instalación indiscriminada de terrazas en cualquier lugar de la ciudad. Da lo mismo una acera estrecha, jardines públicos o espacios de patrimonio histórico, todo vale. El Ayuntamiento de Salamanca, en su afán recaudatorio, esta mercantilizando y privatizando el espacio público concediendo licencias sin mirar donde, ni como. Nuestra ciudad se ha convertido en una sucesión de obstáculos, dificultando el paso de los ciudadanos e impidiendo disfrutar de jardines y plazas por estar ocupados con terrazas sin ningún control. Pero hay algo más grave, algunas terrazas que no están conforme a normativa, provocan dificultades para el paso de emergencias y de ciudadanos con movilidad reducida, eso sí, luego promovemos campañas de sensibilización para eliminar las barreras arquitectónicas cuando la propia administración local es la primera que las vulnera. ¿Llenar la calle de objetos y obstáculos es eliminar las barreras arquitectónicas?

Una vez más, agradecer a la Asociación de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio la denuncia que ha trasladado al Ayuntamiento salmantino sobre la situación de algunas terrazas situadas en espacio de uso público, facilitando ejemplos de incumplimientos de la Ordenanza de Terrazas  en nuestra ciudad y que todos conocemos, perpetuándose ante la pasividad de la Policía Local y de los servicios técnicos del Ayuntamiento. La mayoría de ciudadanos sufrimos estos inconvenientes que denuncia la Asociación y que se han hecho más insoportables con la celebración de las ferias y fiestas de la ciudad. Si lo sumamos al número exagerado de casetas y la fuerte concentración de actividades en el centro, Salamanca se ha convertido en una ciudad imposible de disfrutar los espacios públicos. Hemos visto una ciudad sucia, con malos olores, personas orinando en la calle, contra las paredes de nuestros monumentos sin que nadie lo remedie, pero ¿Dónde está el límite?

Entiendo que es muy difícil hacer unas ferias a gusto de todos pero, el éxito de unas ferias no está en comprar espectáculos o sacar la gente a la calle para comer y beber, pues resulta hipócrita y contradictorio prohibir a los jóvenes la celebración del botellón en la vía pública cuando el ayuntamiento, de forma indiscriminada, permite en las casetas el consumo libre de alcohol, es decir botellón privatizado y legalizado.

También es una tendencia la privatización, no solo de la vía pública sino del entorno monumental. Vemos como se fomenta la explotación económica del patrimonio en beneficio privado deteriorándolo y destruyéndolo teniendo que intervenir de manera urgente con fondos públicos, ante la incompetencia de nuestros responsables políticos.

El Ayuntamiento de Salamanca esta obligado a garantizar el disfrute de los  espacios públicos a los ciudadanos, y junto a la Junta de Castilla y León de proteger el entorno monumental frente a intereses o negocios privados que están poniendo en peligro algunos monumentos de la ciudad. Estoy segura de que es compatible alternar terrazas, casetas, fiesta y proteger los monumentos no invadiendo de forma abusiva el espacio público y respetando nuestros monumentos. Buscar ese equilibrio es tarea de nuestro Ayuntamiento, así como hacer cumplir la Ley y las Ordenanzas a todos por igual.

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