Trascurrido este tiempo festivo al que le sigue la normalidad y la monotonía del otoño, se puede hacer una valoración de lo que han sido los conciertos de la Plaza Mayor.
Desde una perspectiva externa, en cada uno de los conciertos se ha encontrado una masa de gente que empastaba muy bien entre ellos. Los conciertos de Niña Pastori o Carlos Baute consiguieron un público adecuado a las circunstancias y muy fiel. El concierto de La Unión y Los hombres G tuvieron un público muy diverso, desde niños y adolescentes hasta gente de elevada edad. Así se explica el estado en que se encontraba la Plaza Mayor el día de su concierto, que no entraba un alfiler. El concierto de Kepa Junquera creo que fue el que albergó una mayor diversidad de público. No era muy numeroso pero sí muy distinto al que se pudo observar en días anteriores.
El concierto de Auryn también tuvo lo que era de esperar. Una plaza abarrotada de jovencitas y jovencitos de muy distintas edades en el centro y a las afueras las madres y padres esperando a que terminara todo. Mucho grito y sobretodo mucha emoción de los más pequeños por poder ver a sus ídolos.