Pasado ya el verano y las correspondientes vacaciones, así como las fiestas de la Virgen de la Vega en la ciudad de Salamanca, algo empieza a moverse en el camino normal de la vida ordinaria del presente curso.
Dos acontecimientos están teniendo lugar en esta semana entre nosotros que marcan profundamente el momento presente de la vida de nuestra diócesis: La VIII Semana de Pastoral y la XXXIV Marcha Teresiana.
La VIII Semana de Pastoral no es una semana normal y corriente, ni siquiera una Semana de Pastoral cualquiera. Dos dimensiones hacen de esta semana un acontecimiento que se sale de lo ordinario: la primera es que el lema y tema que se estudia o reflexiona es La alegría del Evangelio, es decir, tiene como marco y fondo la carta exhortación del Papa Francisco sobre la alegría de evangelizar, animándonos a emprender una nueva etapa de evangelización en el momento presente de nuestra historia, creyendo en la fuerza de ánimo y capacidad de acción para ofrecer a todos los hombres y sociedades la posibilidad de esperanza que nos ha ofrecido y nos sigue ofreciendo el acontecimiento histórico trascendental de la presencia de Jesucristo como hombre que ofrece salvación y felicidad.
La segunda dimensión que muestra la excepcionalidad de esta semana es el anuncio de que con ella estamos iniciando un proceso de Asamblea Diocesana, en la que se pide la mayor participación posible de todos los cristianos o miembros confesados de la Iglesia católica. También este proceso asambleario de la máxima participación, que comenzaría ahora y terminará en la pascua de 2016, tiene la inspiración en el nuevo estilo que propicia el documento del Papa Francisco.
En cuanto a la Marcha Teresiana, que comenzaba allá por el año 1981 con ocasión del cuarto centenario de la muerte de Santa Teresa, y que ha continuado fielmente año tras año con la asistencia a los cuatro días de la marcha (17-20 de septiembre) de unas ciento veinte personas con presencia cada vez mayor de personas jóvenes. La marcha recuerda el último viaje antes de su muerte de la santa castellana Teresa de Jesús entre Medina del Campo y Alba de Tormes. El tema de la caminada de este año es el mismo que el de la semana de pastoral, con una expresión más directa: "Repartiendo alegría". Marcha que este año tiene una significación especial, porque es el punto de salida del año jubilar que el Papa ha concedido con ocasión del quinto centenario del nacimiento de la mística santa abulense.
Las celebraciones teresianas cobran relieve de manera especial por el acontecimiento de las Edades del Hombre que se preparan para ser celebradas en Ávila y Alba de Tormes. Y también por la prácticamente anunciada visita del Papa Francisco a estas dos ciudades teresianas.
Grandes acontecimientos en los que se implica nuestra diócesis y que pueden darnos un cierto aliento de esperanza, que redundará también en mejora de la entera sociedad salmantina. Algo se mueve. La diócesis de Salamanca está en marcha.