OPINIóN
Actualizado 19/09/2014

A principios de año llegaba a las librerías "Comer sin miedo" de J.M. Mulet, químico, doctor en bioquímica y biología molecular y activo divulgador en temas de nutrición. Un libro que ataca directamente a algunos de los mitos y falsedades nutricionales más arraigados echando mano de la ciencia. Esto, que debería parecer lógico, no lo es tanto si atendemos a la multitud de creencias sobre nutrición que recurrentemente circulan por los medios; y puede que este sea el gran reto para los que pensamos la nutrición como ciencia: hacer que términos como "creencia" o "mito" no aparezcan tan comúnmente ligados a la nutrición (nunca he visto una publicación que se titulase "Mitos y falsedades sobre cálculo diferencial" o "Falsas creencias sobre la química de los compuestos organometálicos"). El abordaje científico de la nutrición llegó con siglos de retraso respecto a otras ciencias, así que la tarea fácil no es, pero trabajos como el del Dr. Mulet hacen que el objetivo esté un poco más cerca.

En el libro se desmontan varios mitos sobre la alimentación actual como todo lo que rodea a la alimentación ecológica o a los tan maltratados conservantes. Comparto con el autor el hecho de que mi primera formación fue la de químico (luego derivando por los derroteros de la nutrición) y tal vez por eso comparto la "visión química del mundo", el punto de vista de que todo es química, desde la paella de la abuela como dice en el libro a la maduración de un tomate. Y química mucho más compleja que la que se esconde tras nombres tan amenazantes  como "corrector de acidez" o "conservante". Y, por supuesto, comparto que en ciencia, las cosas se demuestran a base de estudios bien planteados, desarrollados e interpretados y que lo demás simplemente no es ciencia. Por suerte, vivimos en una época y un entorno donde los controles alimentarios son tremendamente rigurosos; jamás ha habido un control alimentario semejante. A esto alude el título, a que tras denominaciones como "ecológico" no hay más que una inmensa campaña de marketing basada en el miedo del consumidor a ingerir perniciosos "químicos". De la ignorancia sobre la química alimentaria al miedo sólo hay un paso y del miedo de muchos a que unos pocos hagan caja otro.     

El libro se lee solo, se aprende y está escrito con buenas dosis (raciones) de ironía así que de paso resulta bastante divertido. Espero que os guste y os invito a seguir el blog del autor donde siempre se encuentran artículos interesantes. 

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